Por Janice Neumann
16 feb (Reuters Health) - Las mujeres que cuidan a susparejas con una lesión por un traumatismo de cráneo (LTC)padecen suficiente dolor y estrés como para poner en riesgo lasalud, según revela un pequeño estudio sobre las esposas y lasnovias de los veteranos de Estados Unidos.
Enojo, vergüenza, culpa y dolor por la pérdida del hombreque alguna vez conocieron estuvieron asociados con un aumento delos niveles de inflamación, mientras que la imposibilidad decontar con el ser amado como contención empeoraba todo.
"Aquí están, atravesando una situación tan estresante, peroperdieron a la persona que era su principal fuente decontención", dijo la autora principal, la doctora Karen Saban,de la Escuela de Enfermería Marcella Niehoff de la Universidadde Loyola y del Hospital Edward Hines Jr.de la Administración deAsuntos del Veterano, Hines, Illinois.
Comentó que a las mujeres les costaría superar estasituación porque son relativamente jóvenes, trabajan y estáncriando hijos.
Su equipo publica que 244.217 veteranos recibieron eldiagnóstico de LTC desde el 2000; en 43.000 de ellos es moderadoo grave. La lesión provoca convulsiones, falta de coordinación,debilidad y trastornos cognitivos.
Los autores analizaron información de 40 mujeres queparticipaban de un estudio nacional sobre cuidadores. Las habíanconvocado a través de una clínica del trauma de Asuntos delVeterano, sitios de contactos sociales o por carta a los hogaresde los veteranos.
Todas cuidaban a su esposo o pareja con una LTC desde hacía10 años y respondieron un cuestionario sobre los niveles dedolor, estrés y depresión. También se les extrajeron muestras desaliva para evaluar el factor de necrosis tumoral.
El equipo halló que las cuidadoras sentían un 35 por cientomás de enojo que la población femenina general, mientras que elfactor de necrosis tumoral era un 25 por ciento más alto que elvalor promedio.
Las cuidadoras padecían el mismo tipo de dolor que laspersonas que pierden a un ser amado, pero eran los sentimientosde enojo y culpa, que son parte del dolor, los que influían demanera clave en el aumento del factor de necrosis tumoral quepromueve la inflamación sistémica.
"Algo de enojo es normal en los cuidadores, pero se trata deuna emoción difícil de expresar y, en especial, estas cuidadorasde veteranos con lesiones de guerra se sienten más culpables",dijo Saban.
"Ese sentimiento induciría algunos de estos cambios químicosque favorecen la inflamación crónica y, quizás, la enfermedadcrónica en el futuro."
La doctora Rebecca Utz, socióloga de la Universidad de Utah,en Salt Lake City, opinó que el estudio aporta variosrecordatorios de la complejidad del dolor, la pérdida y susrespuestas fisiológicas.
"No tiene que morir una persona para sentir su pérdida",indicó Utz, que no participó del estudio.
"La LTC implica una redefinición de la identidad de lapersona, su funcionalidad y la relación con los demás. Estaredefinición es la pérdida que siente el cuidador."
Para Utz, el estudio demuestra que los cuidadores estánexpuestos a un aumento del riesgo de padecer trastornos mentalesy enfermedades de origen inflamatorio.FUENTE: http://bit.ly/1u3DwjU
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