
La decisión de Twitter de silenciar permanentemente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las restricciones impuestas por Facebook tendrán repercusiones para ambas redes sociales. Un impacto que llegará en múltiples frentes que abarcan una mayor supervisión regulatoria y una reducción marginal tanto en el número de usuarios como de contenidos.
En Facebook, la red social de Mark Zuckerberg, los seguidores del mandatario alcanzaban los 33 millones. Sin embargo, la cuenta del republicano en la compañía liderada por Jack Dorsey, @realDonaldTrump, se postulaba cono la sexta más seguida en Twitter, con más de 88 millones de afiliados. De esta forma, si asumiéramos que todos ellos eran usuarios diarios activos, algo poco probable, el número de aficionados al republicano supondría el 47% del registrado en esta categoría.
Al fin y al cabo, Trump era un mandatario prolífico, publicando una media de 34 tuits al día a lo largo del año pasado. Sin embargo, las sanciones aplicadas previamente por Twitter tanto al presidente como a sus partidarios derivó al menos 130.000 usuarios diarios a Parler hasta el pasado 8 de enero, según los datos de la consultora SensorTower.
La canibalización de esta plataforma conservadora era tísica, dado que esta cifra solo supone un 0,37% de los usuarios diarios de Twitter, pero eso no impidió que Amazon Web Services retirase sus servicios siguiendo la retirada previa de Google y Apple de la aplicación de sus tiendas online. Un verdader golpe de gracia, dado que los servicios en la nube del imperio de Bezos suponen el tejido sobre el que se asientan cientos de compañías, como Netflix, entre otras.
Es por ello que a comienzos de semana, Parler demandó a Amazon ante un tribunal federal, acusando a la compañía de violación antimonopolio, incumplimiento de contrato e interferencia en las relaciones comerciales de la compañía con los usuarios. De hecho, sostuvo que esa decisión está basada en razones políticas y para reducir la competencia en favor de Twitter. Además reprochó a Amazon no haberle avisado con 30 de días anticipación que le cortaría los servicios.
El impacto de la decisión de Facebook y Twitter de cesar bien de forma temporal o permanente a Trump, acciones criticadas por altos funcionarios europeos, como el ministro de Finanzas galo, Bruno Le Maire, o la propia canciller alemana, Angela Merkel, serán marginales. A día de hoy, no se espera que la propuesta presentada por el Departamento de Justicia para deshacer algunas de las protecciones de la sección 230 de la ley de Decencia de las Comunicaciones, que actualmente blinda legalmente a gigantes como Alphabet y Facebook de responsabilizarse del contenido que sus usuarios publican en sus plataformas, vaya a ganar tracción entre los legisladores demócratas.
Dicho esto, los acontecimientos recientes pueden hacer más probable la potencial legislación sobre el contenido de estas compañías. "Anticipamos nuevas propuestas en el Congreso dados los recientes acontecimientos que proporcionarán a las redes sociales mejores directrices y menos incertidumbre", reconocen los analistas de Bank of America Securities, Justin Post y Benjamin Sherlund, en un informe distribuido entre sus clientes.
Según sus estimaciones las potenciales consecuencias podrían generar la pérdida de entre un 5% y el 20% del contenido y usuarios del total en ambas plataformas, algo que no tendría gran efecto sobre sus anunciantes. No obstante, Post y Sherlund consideran que Twitter tiene la mayor exposición al aumento de los costes derivados de una mayor revisión y supervisión de contenidos, dada la amplia capacidad tanto de Facebook como de YouTube.
Aún así, se proyecta que otros tuiteros pueden reemplazar a Trump, dado que desde el pasado noviembre la cuenta de seguidores del todavía presidente disminuyó en unos 180.000 seguidores y la de Biden aumentó en más de 4 millones. Además, eventos en ciernes, como las Olimpiadas este verano servirán de colchón para amortiguar el impacto que pueda derivarse a nivel legislativo o regulatorio.
Los gigantes empresariales de EEUU congelan sus donaciones a los legisladores rebeldes
Tras los acontecimientos del pasado miércoles en el Capitolio, múltiples compañías han revisado sus políticas de donaciones políticas poniendo fin a la financiación de aquellos legisladores que no avalaron la certificación de los resultados del Colegio Electoral, como el senador republicano por Texas, Ted Cruz. Además, Deutsche Bank dejará de hacer nuevos negocios con Trump tras décadas de colaboración.
Entre ellas se encuentran Amazon, Morgan Stanley, Citi, Goldman Sachs, JP Morgan, Marriott, Coca Cola, Hallmark, Blue Cross Blue Shield, Boston Scientific, Commerce Bancshares o AT&T por mencionar algunas. El gigante petroquímico Dow fue aún más específico y detalló que su decisión se extenderá al menos durante un ciclo electoral, es decir, dos años para los congresistas y hasta seis años para los senadores.
Por su parte, Facebook detendrá todas sus contribuciones a cualquiera de los partidos durante al menos el resto del primer trimestre de 2021 mientras Microsoft parece que tomará una decisión similar, según indicó el New York Times. Otras grandes multinacionales como Bank of America, FedEx y Wells Fargo indicaron están revisando sus respectivas estrategias de contribución política.