
Uber ha acordado la compra del servicio de bicicletas eléctricas compartidas Jump , con lo que permitirá a sus usuarios de EEUU la posibilidad de ir más allá de solicitar trayectos en vehículos con conductor.
Jump es un servicio de bicicletas eléctricas sin anclaje nacido en San Francisco y que a día de hoy cuenta con cerca de 100 empleados que pasarán a formar parte de Uber, según ha asegurado un portavoz de la empresa, aunque los términos del acuerdo no han sido revelados por completo.
El objetivo de esta operación es ofrecer "la forma más rápida o asequible de llegar adonde va, ya sea en un Uber, en una bicicleta, en el metro o más", explicó la presidenta ejecutiva de Uber, Dara Khosrowshahi.
Las bicicletas Jump ya habían integrado su servicio con la aplicación de Uber en San Francisco, para que los usuarios pudieran encontrar una de las bicicletas rojas de la compañía al abrir la aplicación. Eso sí, el portavoz de la compañía ha explicado que de momento no hay planes para retirar la aplicación de Jump, que seguirá operando de forma independiente.
"Estamos emocionados de comenzar nuestro próximo capítulo y jugar un papel importante en la transición de Uber a una plataforma multimodal y ayudar a cambiar millones de viajes de automóviles a bicicletas", dijo el CEO de Jump, Ryan Rzepecki.
Con la adición de bicicletas, Uber está tomando una página del libro de jugadas de competidores como el chino Didi Chuxing. En ocasiones, Uber ha rezagado a sus rivales en ciertos mercados porque se ha limitado a la venta de automóviles privados.
JUMP comenzó en 2010 como Social Bicycles, evolucionando en los últimos ocho años desde la venta de bicicletas hasta la operación de sus propias flotas. Las bicicletas JUMP se desbloquean y bloquean con una aplicación de teléfono inteligente. Debido a que no tienen cubierta, se pueden dejar en cualquier soporte para bicicletas y su ubicación se rastrea a través de un GPS.