
Los fabricantes de televisores han hecho acopio en el último año de los mayores avances en innovación y diseño de toda la historia del producto. La tecnología de súper alta definición (4K), la conectividad permanente a Internet, la nuevas prestaciones del Oled orgánico e inorgánicos junto con la irrupción de la inteligencia artificial y las pantallas escamoteables o enrollables suman un salto cualitativo comparable o superior al tránsito del blanco y negro al color o al celebrado nacimiento de las pantallas planas. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Digital.
Los principales productores de televisores pueden frotarse las manos ante el buen momento de su producto. Gran parte de la culpa la tienen los operadores de telecomunicaciones, comprometidos en mejorar sus ofertas audiovisuales. Las altas prestaciones de la fibra óptica pueden apreciarse en toda su grandiosidad gracias a la televisión en súper alta definición. El fenómeno de las series y la televisión a la carta no sólo cambia la forma de consumo del dispositivo, sino que lo revaloriza. Ahora llama a la puerta la tecnología 4K, estándar que multiplica la experiencia de los telespectadores, con un catálogo de contenidos que crece de un trimestre para otro. A lo anterior se añade el hecho de que este año se celebra la Copa del Mundo de Fútbol, tradicional reclamo para renovar el viejo televisor por uno nuevo.
Hasta el momento, gran parte de la innovación se centraba en la calidad de imagen y sonido, con propuestas de gran nitidez, brillo y contraste. La definición fiel de los colores también ha llevado de cabeza a los líderes del negocio, así como la consecución de negros profundos. A todo lo anterior se añaden formatos cada vez mayores y la incorporación de ofertas de contenidos integrados en un producto al que el siglo pasado se conocía como la caja tonta. Ahora es todo lo contrario. La conectividad del televisor con Internet abre un mundo de posibilidades, casi tanto como el hermanamiento de la gran pantalla con el resto de los dispositivos inteligentes del hogar.
Según desveló Samsung este mes en su particular Unpacked, celebrado en Nueva York, los nuevos televisores de la marca podrán escamotear su pantalla negra en la decoración de la estancia, para así hacer más amigables sus grandes pantallas con el entorno doméstico. La genial idea resulta por ahora imposible de replicar por los competidores ya que requiere una tecnología de led inorgánicos, que no quemen la pantalla con una imagen fija.
Una mejor experiencia visual
La nueva familia de televisores de la compañía surcoreana incorpora la inteligencia artificial a sus equipos, lo que les permitirá competir con las futuras versiones de asistentes virtuales que poco a poco irán llegando a España.
LG ya sorprendió en la pasada edición de la feria CES de Las Vegas, a principios de enero, con la primera televisión enrollable. Como si de una persiana se tratara, bastaba darle al botón de encendido o apagado para que el finísimo panel se desplegara o se escondiera en un tambor. Con tecnología Oled y de 65 pulgadas, nos explicaban entonces los responsables de la marca que esa capacidad enrollable iba a permitir ahorrar espacio y la posibilidad de "trasladarla y almacenarla más fácilmente".
Sony vincula el futuro de sus televisores con la serie AF8, aún sin fecha ni precios anunciados. Estará disponible en dos tamaños -65" y 55"- y serán Oled 4K HDR. La razón por la que esta marca también se decide por el Oled es por las posibilidades que brindan esos ocho millones de píxeles autoiluminados, que "enriquecen significativamente la experiencia visual con un negro sin precedentes, un color auténtico y un amplio ángulo de visión", explican.
Panasonic apuesta por el nuevo estándar de la industria cinematográfica de High Dynamic Range, el HDR10+. Consensuado con Samsung y los estudios 20th Century Fox, "optimiza la calidad de la imagen mediante el uso de mapeo de tonos dinámicos para reflejar las variaciones entre fotogramas o entre escenas en brillo, saturación de color y contraste". Según explican, esto se traduce en una mejor visualización en diferentes aspectos con el objetivo de acercar la experiencia del usuario a la intención creativa de las películas de Hollywood.
Philips concentra sus mayores aportaciones en su motor de procesamiento de imágenes P5. Gracias a este, explican desde la compañía que "analiza, deconstruye y aborda individualmente cada una de las cinco variables que definen la calidad de la imagen: perfección de la fuente, nitidez, color, contraste y movimiento". Como es habitual en el fabricante de origen holandés, el sistema Ambilight de la casa sigue siendo uno de sus atractivos. Mucho más relacionado con el diseño, busca la integración perfecta de la tele en el salón. La marca mantiene esa lucha por mejorar el rendimiento de sus pantallas en cuanto a resolución, brillo, contraste, paleta cromática, etc., y al mismo tiempo la coordinación de esos juegos de luces que emanan de detrás del televisor, también para crear una sensación más inmersiva.