Tecnología

Turismo masivo en Instagram o la prueba de que esta red social unifica la mirada

La esencia de redes sociales como Facebook o Instagram, en principio, alude a que cada individuo pueda expresar su visión personal del mundo, de su propia vida o cualquier asunto externo a la misma y compartirlo con otros usuarios, enriqueciéndose entre sus distintas visiones.

Sin embargo, las plataformas están madurando mal. O quizá, aún necesiten años para su maduración. En la actualidad, va en aumento la sensación de que proliferan tablones de anuncios en los que venderse a uno mismo, ofreciendo aspectos idílicos de una vida que nada tiene que ver con su proyección digital, o lugares desde los que conseguir seducir a otros perfiles para, simplemente, sumar 'me gustas' y seguidores que -quién sabe por qué- contribuirán a incrementar un prestigio social de consumo rápido. 

Pero más allá de eso, un usuario de Instagram se ha atrevido a poner en tela de juicio la supuesta diversidad intrínseca en las redes y la expresión de la misma a través de distintas miradas, que no podían ser menos que número de perfiles. Según publica Xataka, Oliver KMIA ha analizado las fotografías publicadas bajo las etiquetas más populares de viajes, como #Instatravel, y ha llegado a una aberrante conclusión: las imágenes son, prácticamente, idénticas. 

Es decir, todos los usuarios acaban retratando los mismos paisajes, de la misma manera, posando de un modo similar, con ángulos y encuadres idénticos. Al darse cuenta de esto, lo ha hecho evidente a través de un vídeo donde va solapando estas fotografías multiplicadas, con el objetivo de hacer sonar la alarma en la cabeza del espectador: la creatividad ha llegado a su fin. El título de este trabajo es más que elocuente: "Instravel: una experiencia fotogénica de turismo masivo".

Primeros planos de pasaportes, alas de aviones, vistas centrales de la Fontana di Trevi, copas chocándose frente al Empire State Building, posados en medio de la carretera R-66, planos cenitales de sopas asiáticas, manos sujetando cocos con pajita y chicas jóvenes en bikini frente al espejo, entre otros motivos, componen este álbum fotográfico de turismo masivo que empacha desde los primeros segundos. Las imágenes, calcadas unas de otras, pero con distintos autores y protagonistas, conducen a la reflexión acerca de la homogeneización de los puntos de vista y la falta de creatividad. 

La mayoría de los usuarios busca repetir las mismas fotografías publicadas por otros, en lugar de ofrecer su propia perspectiva sobre la experiencia del viaje. Es decir, ser un turista del pelotón y no un individuo con una mirada única. Esta evidencia choca, de un modo paradójico, con el individualismo imperante y la preocupación por proyectar una imagen auténtica con la que ser aplaudido en las comunidades digitales. 

Oliver KMIA, no obstante, también deja un resquicio para la esperanza, y asegura que, durante su trabajo de investigación en cuentas de usuarios, descubrió visiones únicas y de gran originalidad. Estas coincidían, además, con el beneplácito de un gran número de seguidores y admiradores.