
El fin de la neutralidad en internet decidido por la calidad de un voto de un cargo designado directamente por el presidente Trump se trata de una de las medidas que mayor oposición ha generado por la mayor parte del pueblo americano.
El cambio de normativa, que aplasta la ley promulgada por Barack Obama por 2015 en la que se blindó la garantía al igual acceso de libertad y condiciones a la Red por parte de todos sus participantes, ha logrado unir, por una vez, a demócratas, republicanos e independentes, y, por tanto, a una contundente mayoría del pueblo americano.
Hace cinco meses, una encuesta realizada por la consultora Freedman Consulting ya apuntaba la clara opinión de los ciudadanos de EEUU con respecto a este proyecto personal para favorecer a las grandes 'telecos' de Donald Trump: el 77% de los americanos estaba en contra del cambio de la ley de Obama. Un 73% de los votantes republicanos se declaran contrarios, debido principalmente a que el liberalismo base de su ideología queda seriamente perjudicado con el fin de la neutralidad en internet. Después de todo, ahora será el tamaño de una empresa lo que condicione si tendrá una mejor conexión a la Red, y los pequeños negocios no podrán competir en igualdad de condiciones y afrontarán mayores dificultades que las empresas gigantes. Entre los demócratas, la oposición aumentaba hasta el 80%, y un 76% de los independientes también mostraba su desacuerdo a este cambio de reglas del juego.
Esta misma semana, días antes de ser aprobada la nueva normativa, estas cifras habían aumentado en un nuevo estudio demoscópico hecho público por la Universidad de Maryland: el 83% de los ciudadanos estadounidenses está en contra del fin de la neutralidad. Los partidos políticos siguen unidos en esta causa e incluso ha aumentado la cifra de republicanos contrarios a la decisión de su presidente electo, hasta un 75% no apoya que haya un internet diferenciado según el pago a proveedores de servicios.
Más un millón y medio de norteamericanos se ha movilizado en estas últimas semanas contra la decisión firmada por la Federal Communications Commission, el sector regulador de las telecomunicaciones del país, demostrando la gran preocupación de los ciudadanos por un nuevo escenario en el que internet se verá limitado por una censura a la carta por parte de los operadores y una menor libertad de expresión y libre competencia entre negocios, sea cual sea su envergadura. La encuesta publicada en julio de este año por Freedman reveló que el 90% de los ciudadanos considera que garantizar un internet libre es esencial para ayudar a los pequeños negocios a desarrollarse y alcanzar el éxito. Además, el 91% también entiende que la igualdad en la Red garantiza que cualquier persona pueda usar un altavoz para expresar sus ideas.