Tecnología

Bruselas pide a la industria más involucración en el desarrollo del 5G

  • La Comisión exige a los países más coordinación en las adjudicaciones del espectro

Las regiones del planeta, sobre todo Europa y Asia, pugnan por dar forma a la próxima generación de conexiones móviles. Será ya la quinta (5G) y permitirá mantener miles de millones de objetos conectados en la nube, el desarrollo de ciudades inteligentes o la circulación de coches sin conductor. Su importancia será hoy subrayada en el Congreso Mundial del Móvil por el vicepresidente de la Comisión Europea, Andrus Ansip, al cargo del mercado único digital europeo.

"El 5G es una evolución del 4G, pero también una revolución. Transformará cómo vivimos, trabajamos, jugamos y nos comunicamos, y también nuestros negocios", escribió en su blog el también ex primer ministro estonio el pasado jueves.

Pero Ansip vendrá a Barcelona sobre todo con un aviso dirigido a los socios europeos y la industria, según cuentan fuentes comunitarias a elEconomista. Porque Bruselas teme que Europa pueda quedarse atrás autoridades publicas y sector privado no arriman más el hombro en el desarrollo y la facilitación de su extensión.

La Comisión tenía grandes ambiciones en la pasada edición del congreso, precisamente cuando lanzó junto con algunas telecos su plan para el 5G. Un año después, Europa todavía aspira a liderar su desarrollo, pero percibe el riesgo de quedarse descolgada si empresas y gobiernos no cambian su actitud.

Ansip pedirá hoy a la industria europea que se involucre "más activamente" en el desarrollo de la nueva generación de comunicaciones móviles, porque la gran revolución que esperan en el continente a partir de la irrupción del 5G es la integración y digitalización de sectores industriales. Europa espera realizar los primeros test en algunas zonas el próximo año, antes de su lanzamiento comercial en 2020. Para 2025 espera un servicio de 5G ininterrumpido en todas las grandes urbes y principales carreteras.

Colaboración de países

La Comisión tampoco está muy satisfecha con la colaboración de los Gobiernos de la UE debido al siempre controvertido asunto del espectro. Los roces entre las capitales y Bruselas debido a este asunto han sido una constante durante años, dado que los países no requieren soltar sus manos de un recurso que representa una importante fuente de financiación para las arcas nacionales. Sin embargo, Ansip teme que la lentitud y falta de coordinación entre los socios europeos al liberar el espectro necesario para el 5G pueda dañar seriamente nuestras posibilidades.

Los países ya aceptaron el año pasado las condiciones técnicas dadas por Bruselas para el 5G, que implica liberar el espectro por encima de los 700 MHz. Ansip se espera que hoy vaya un paso más allá al pedir más coordinación, lo que podría derivar en más peso de Bruselas, en aspectos económicos como la asignación de licencias o su duración. Además, el Ejecutivo comunitario quiere que los vecinos europeos empiecen ya a realizar pruebas transfronterizas del 5G, cruciales para garantizar una extensión sin sobresaltos de los coches conectados en todo el continente. La Comisión también está preocupada por el desarrollo global del 5G. Aunque la UE ha firmado convenios con China para cooperar en esta materia, percibe el riesgo de fragmentación a la hora de fijar los estándares, que aún tienen que ser definidos. Las naciones asiáticas pueden sucumbir a los intereses comerciales de sus gigantes tecnológicos, fragmentando la conectividad del futuro y por lo tanto su potencial.

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