
A finales de la semana pasada el CEO de Foxconn, Terry Gou, anunció que estaba valorando una inversión conjunta con grandes pesos de la industria tecnológica estadounidense. En concreto, se especulaba que se podría aliar con Apple para invertir conjuntamente 7.000 millones de dólares (unos 6.500 millones de euros) en la construcción de una planta en EEUU.
Ahora, Gou ha querido frenado el entusiasmo de la propuesta asegurando que "hay un plan, pero no es una promesa. Es un deseo", y es que uno de los grandes matices a los que estaría sometido dicho plan de inversión es a la concesión gratuita a Foxconn de disponer de un terreno y electricidad barato, expone Reuters.
Las especulaciones sobre una posible planta de manufacturero asiático en EEUU comenzaron a sonar el año pasado, cuando el presidente norteamericano Donald Trump se reunió con Masayoshi Son, jefe de Softbank. Y es que Foxconn anunció en diciembre que se uniría a Softbank para aumentar su inversión en el país.
Unos rumores que han sido alimentados por las informaciones que apuntan al interés de Trump para que Apple comience a ensamblar sus productos en EEUU, lo que -además de disparar el precio de sus dispositivos- serviría para crear entre 30.000 y 50.000 empleos.
Y es que Trump ha enarbolado la bandera comercial contra China, a la que acusa de robar empleos a los estadounidenses. A día de hoy, Foxconn es el principal fabricante de dispositivos de Apple en el mundo, aunque su labor no se ciñe a contratos con la tecnológica de Cupertino, ya que también ensambla productos tecnológicos de otras marcas.