A día de hoy, la mitad de la población a nivel mundial se concentra viviendo en las ciudades, un porcentaje que se disparará hasta el 70% en menos de cinco años. Estos entornos urbanos cada vez más grandes necesitan de una implementación de soluciones para ser capaces de mejorar el entorno y el día a día de sus ciudadanos.
Por ello, muchas ciudades han comenzado a apoyarse en la implantación tecnológica para lograr aprovechar todos los recursos disponibles y mejorar así la habitabilidad de las mismas.
De este modo, una Smart City o ciudad inteligente, es aquella que aplica las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), la gestión de datos y aprovecha el Internet de las cosas con el objetivo de disponer de una infraestructura en la que se desarrollan una serie de aplicaciones inteligentes que garanticen un crecimiento de manera sostenible al tiempo que se logra incrementar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Este proceso de transformación digital aporta beneficios al ciudadano como la mejora de la gestión de la movilidad, los recursos energéticos e hídricos, el diseño de los edificios, los servicios de seguridad, salud, emergencias y educación y puede servir hasta para ser capaz de controlar mejor forma en la que la ciudad se relaciona con el turismo y explota el comercio local.
Y es que la integración de sistemas de telecomunicaciones inteligentes junto a la participación ciudadana y los datos que se extraen de ésta permiten ?tomar el pulso? a la ciudad. Así, el ?cerebro? de la ciudad es capaz de anticiparse a hábitos de sus ciudadanos e incluso prever soluciones antes de que se creen problemas tan diversos como evitar atascos, recoger la basura en el momento oportuno o gestionar la iluminación de forma eficiente.
De este modo, es especialmente importante la implementación de estos sistemas inteligentes en la administración pública, ya que por un lado permite a la Administración una gestión de presupuestos más eficiente, mejorar servicios públicos gracias a la innovación y optimizar recursos, tiempo y ahorrar costes.
"El sector que más va a cambiar va a ser la administración pública porque a lo largo del próximo año se va a implantar casi masivamente el concepto de Smart City", explica Andrés Vicente, Director General Empresas de Vodafone España, compañía que ya desarrolla una serie de soluciones pensada para la pequeña y mediana ciudad basada en la nube para evitar costes de despliegue y que se concentra en aquellos verticales que más gastos producen como recogida de residuos e iluminación.
Vicente explica que estas soluciones conectan al ciudadano con su ciudad haciéndole más participativo con la misma y que acaba redundando en una "ciudad más sana y con mejor clima".
La Rinconada como ejemplo
Aunque según datos del IHS Technology, está previsto que en el año 2025 haya 88 ciudades inteligentes en el mundo, ya se pueden encontrar ejemplos de ciudades inteligentes más cerca de lo que cabe pensar.
En concreto, los casi 40.000 habitantes del municipio sevillano de La Rinconada (Sevilla) forman parte de un proyecto piloto impulsado por la Junta de Andalucía y Vodafone en el que tanto La Rinconada como San José de la Rinconada se han convertido en una ciudad conectada en la que los residuos, el alumbrado público, la gestión energética de edificios, los contratos del Ayuntamiento y la calidad del aire han pasado a ser ejemplo de Smart City.
Para hacerlo posible, éstos dos núcleos poblacionales cuentan con una solución basada en una plataforma inteligente facilitada por el operador británico que conecta a los ciudadanos con los recursos de la ciudad a través de sensores, redes sociales, noticias o avisos de incidencias.