Los operadores de telecomunicaciones que estos días se reúnen en el Mobile World Congress tienen motivos para la esperanza ante los últimos movimientos que se perciben desde Bruselas. En concreto, la Unión Europea ha reactivado una investigación sobre las prácticas contrarias a la competencia que protagoniza Google en el segmento de la publicidad online.
Estas presuntas irregularidades se suman a otras ya emprendidas sobre la posible posición de dominio del coloso de Mountain View en los negocios de los sistemas operativos para móviles y de búsquedas de compras.
Según informa Bloomberg, la Comisión Europea ha estado interrogando durante las últimas semanas a un gran número de empresas dedicadas a negocios online, respecto los comportamientos de Google en ese negocios.
Los funcionarios están buscando datos que puedan utilizar para elaborar un pliego de cargos respecto a las áreas en conflicto que Google podría estar infringiendo. Entre ellas se encuentra el contrato de Google y Apple, por 1.000 millones de dólares, donde el primero se asegura la relevancia exclusiva de su buscador en todos los dispositivos iPhone. Esta medida se suma a otras que ya han ocasionado serios quebraderos de cabeza a Google, como la existencia de equipos y de programas que impiden la utilización de otros buscadores ajenos al de Google.
Las mismas fuentes recuerdan que la mayor parte de los ingresos del gigante de Internet, de 74.500 millones de dólares en 2015, proceden de la publicidad online, en concreto de la plataforma Adwords. La operativa ya es de sobra conocida en el mercado, con la exhibición de resultados en el buscador de productos y servicios publicitarios relacionados con los criterios de búsqueda.
La apertura de un nuevo frente contra Google se presentará en la víspera de que el consejero delegado de Google, Sundar Pichai, se reúna con la Comisaria de Competencia Margrethe Vestager, en medio de una numerosa conflictividad entre la UE y la empresa de California. La paciencia de la Comisión Europea con Google está bajo mínimos. Hace dos meses, Vestager envió una queja formal con amenaza de sanciones si el buscador no cambiaba la forma en la que presenta sus contenidos publicitarios junto con los resultados de las búsquedas.
En concreto, Google fue acusado de "favorecer sistemáticamente su propio producto de comparación de precios en sus páginas de resultados respecto a otros competidores".
El equipo de Vestager también persigue otras prácticas sospechosas en los servicios de mapas. Además, la Comisión inspecciona la posición de dominio de la plataforma móvil Android y los acuerdos de Google con los fabricantes de smartphones y tabletas que les obligan a instalar aplicaciones de Goole en los dispositivos.