Google va a convertir su unidad de desarrollo de coches autónomos, que en la actualidad se encuentran todavía en pruebas, en un negocio completamente independiente. El gigante de internet podría así asestar un golpe mortal a la multinacional Uber, que viene señalando reiteradamente que su futuro pasa por prescindir de sus actuales conductores sin licencia de taxi ni contrato para contar con una flota completamente automatizada, pero que no cuenta con tecnología para hacer realidad esa aspiración.
Los coches automáticos de Google ya han registrado más de 1,6 millones de kilómetros en carreteras compartidas con el público, sobre todo en San Francisco (California) y en Austin (Texas), por lo que se cree que serán las primeras ciudades en las que se lanzará el servicio. Se espera también que las pruebas comerciales se realicen primero en zonas delimitadas, como campus de universidadades o bases militares.
Los analistas creen que el despliegue de Google podría constituir una rentable línea de negocio en un mercado completamente nuevo, pero sobre todo estiman que además podría servir para que los usuarios más escépticos pierdan el temor a los coches autónomos.
Las encuestas señalan que siete de cada diez norteamericanos no comprarían uno de estos vehículos porque no quieren perder el control. Si Google consigue convencerles, el gigante de internet podría repetir la jugada que ya ha realizado con los móviles Android (en tu bolsillo) o con dispositivos como Chromecast (en tu salón), para entrar de lleno en otro espacio más de tu vida: el coche.
