Tecnología

¿Quién dijo que Samsung descuida el diseño?

Samsung ha tardado tiempo en comprender que los terminales de alta gama, aquellos que se cotizan a partir de los 850 euros, merecen unos materiales y unos acabados a la altura de su precio. Y la espera ha merecido la pena.

El último modelo del líder del mercado de móviles presume estos días con el Galaxy S6 Edge en las tiendas de los principales operadores. Si el primer contacto es lo que importa, el S6 Edge lo tiene casi todo ganado. Su principal aportación es el diseño curvo de su pantalla en un lateral, ventana a la que se incorporan nuevas funciones que irán creciendo en futuras generaciones.

En un primer paso se permite ver las llamadas de cinco contactos favoritos identificados por colores, leer noticias, tuits o notificaciones preconfiguradas y convertir el terminal en un elegante reloj de noche (con termómetro e indicador de batería). Es todo un detalle que los zurdos (el 13% de la población) puedan adaptar el equipo a sus características, al poder 'voltear' el teléfono para que la curvatura les resulte cómoda, en su lado bueno.

Como el valor al soldado, las prestaciones técnicas del S6 Edge ya se suponen. Sus hermanos pequeños destacaban en sus respectivos segmentos, pero la aportación del modelo icónico rompe viejos techos: incorpora una excelente procesador, el Exynos 7420 producido en la casa, con arquitectura de 64 bit; poderosa batería, de 2.600 mAh, lo que permite cerca de 8 horas y 15 minutos de actividad permanente y con carga ultrarrápida e inalámbrica. Samsung se vuelve a mejorar la pantalla Súper Amoled, considerada la mejor del mercado según la autoridad mundial en la materia. A todo lo anterior se añade una fuerza de márketing sin parangón en el negocio. Sobre el papel lo tiene todo, incluso los reconocimientos más tempranos, como el Best in Show del pasado Mobile World Congress, considerado el premio gordo de la industria mundial del móvil.

Un modelo de este precio pedía a gritos una pantalla lo suficientemente preparada para resistir caídas y arañazos. Esa es la función del cristal Gorilla Glass 4, que aporta una dureza y consistencia mayor que el cristal de los helicópteros. Sus 5,1 pulgadas de la pantalla forman el tamaño adecuado para manejarse con una mano, con una densidad de 576 píxeles por pulgada, palabras mayores en un negocio que comienza a hacer ojitos al Quad HD, cuya resolución alcanza los 2.560 x 1.440 píxeles.

La incorporación de la tecnología de 64 bits también es un hito en la familia para ofrecer un rendimiento de altas exigencias. Esa potencia permite disfrutar de la multitarea con absoluta naturalidad, así como de las prestaciones multimedia y la optimización y duración de la batería. Todo es más fácil, más fluido y rápido.

La cámara de fotos también sube muchos enteros respecto a equipos anteriores. En ello contribuye la mayor apertura del diafragma (F1,9), idóneo para instantáneas en condiciones de escasa luminosidad. La óptica trasera atesora 16 megapíxeles, con estabilizador óptico, mientras que la delantera domina el mundo de los selfies con sus cinco megapíxeles. Además, los técnicos han acertado de pleno al ofrecer un acceso directo a la cámara con solo pulsar en dos ocasiones el botón de inicio. En ese caso, la óptica se pone en acción para captar fotos en apenas 7 décimas de segundo. De esta forma, se acabaron las esperas para instantáneas que por fin hacen honor a su nombre.

Los técnicos de Samsung inciden en dos aspectos que suelen pasar por alto a los ojos de los usuarios: la seguridad y la gestión del rendimiento. Sobre lo primero, el Galaxy S6 Edge se convierte en el abanderado del sistema Knox, 'made in Samsung', diseñado para el uso profesional de estos equipos, también considerado en el MWC de este año como la mejor solución de seguridad móvil del sector. Como sus antecosres familiares, el smartphone también incluye un escáner digital, y un poderoso algoritmo de codificación para realizar pagos móviles al vincular el dispositivo con las tarjetas de crédito.

En cuanto a la gestión del rendimiento, Samsung no ha tenido reparos en imitar las prestaciones del tipo 'Clean Master'. En este caso de denomina 'Smart Manager' y muestra de un vistazo el estado del móvil, con las aplicaciones que se pueden optimizar y los datos residuales que pueden borrarse para mejorar el trabajo de la memoria interna y prolongar el uso de la batería. Sin duda, este tipo de herramientas contribuye a reducir el estrés del smartphone, con indudables ventajas para el conjunto del equipo.

Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo ya han incluido el modelo en sus tiendas y planes comerciales, todos ellos con precios ventajosos y financiados. Los que prefieran acudir al mercado libre deben rascarse el bolsillo sin miramientos: 850 euros para el modelo de 32 GB; 950 euros para el 64 GB y 1.050 euros para el de 128 GB.

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