Una historia repetida mil veces puede terminar siendo la mejor arma de márquetin, aunque sea completamente falsa. Exactamente eso es lo que ocurre con el mito de la start-up y el garaje, repetido icono de la explosión de los gigantes tecnológicos de los años 80 y 90, y que tenía en Apple uno de los mejores exponentes... hasta que habló Steve Wozniak.
El cofundador de la marca de la manzana mordida ha reconocido en una entrevista publicada esta semana en BloombergBusinessWeek que el famoso garaje en el 2066 de Crist Drive (Los Altos, California) nunca jugó un papel relevante en la fundación y el crecimiento de la compañía.
"Allí no hicimos diseños, ni la electrónica, ni construimos prototipos, ni planificamos productos", reconoce Wozniak, que remata al icono afirmando que "no fabricamos nada en el garaje".
El veterano y polifacético desarrollador, hoy millonario, recalca que "el garaje no tuvo un papel demasiado relevante, excepto el de ser un lugar que nosotros percibíamos como nuestro hogar", una especie de centro de reuniones.
El poder del mito (y la fiebre del mercado por fabricar este y otros muchos) ha provocado la absurda situación de que ese "hogar" fuese declarado oficialmente el pasado año como un lugar de interés histórico por el Gobierno de los Estados Unidos, en reconocimiento a su supuesto, y falso, papel en la joven historia de la potencia.
"El garaje es un poco un mito", recalca sin tapujos Wozniak en la entrevista, que podría obligar a revisar los miles de escritos en los que se asocia ese pequeño y modesto espacio de clase media con una versión más del manido sueño americano: salir del instituto y crear una compañía que hoy vale 675.000 millones de dólares en bolsa.
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