Tecnología

Los fundadores de Google presionan para que se permita la propiedad en el espacio

  • Un tratado de la ONU prohíbe expresamente apropiarse de cuerpos celestes
  • Intentan forzar que EEUU lo incumpla aprobando una legislación unilateral
La idea: remolcar asteroides y usarlos para construir naves espaciales

Poco importa que el artículo 11 del "tratado de Naciones Unidas que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes" señale taxativamente que todo lo que los humanos encontremos más allá de la atmósfera sólo puede ser propiedad del conjunto de la humanidad. Una empresa impulsada por el director James Cameron y los fundadores de Google Eric Schmidt y Larry Page, entre otros, pretende que EEUU admita el derecho de las compañías mineras a explotar asteroides en exclusiva.

Planteary Resources, una start-up con ínfulas de megacompañía al estilo de la saga Alien, está detrás de una iniciativa legislativa (ver PDF) que comenzó a tramitarse el pasado mes de diciembre en EEUU y que, entre otras cosas, pretende que la primera potencia mundial reconozca el derecho de propiedad en el espacio.

"Todos los recursos obtenidos en un asteroide en el espacio exterior son propiedad de la entidad que haya obtenido esos recursos", reza el primer punto de la propuesta, que concluye arrogándose la jurisdicción exclusiva para los tribunales de ese país en caso de conflicto.

La estrafalaria propuesta choca abiertamente con el citado tratado de Naciones Unidas, aprobado en 1967 y que tras recordar que su regulación asimila a cualquier otro cuerpo celeste las disposiciones aprobadas para el único satélite natural de la Tierra, señala que "ni la superficie ni la subsuperficie de la Luna, ni ninguna de sus partes o recursos naturales podrán ser propiedad de ningún Estado, organización internacional intergubernamental o no gubernamental, organización nacional o entidad no gubernamental ni de ninguna persona física".

Claro que los tratados del denominado "espacio ultraterrestre" admiten la posibilidad de que los recursos sean explotados, pero especifican taxativamente que habrá que arbitrar antes un "régimen internacional (...) cuando esa explotación esté a punto de llegar a ser viable".

Capturar asteroides

En otras palabras: el derecho internacional vigente sólo permite la minería espacial si antes se aprueban tratados más detallados, normas que -de todas formas- nunca podrían reconocer la propiedad privada sobre determinadas parcelas del resto del universo como -por ejemplo- los asteroides.

Si se hace caso de lo que Planetary Resources afirma, el momento al que se referían los tratados internacionales ha llegado ya: "(la empresa) ha completado la construcción de su primera nave espacial y está esperando el momento de lanzamiento. Una vez lanzado, este satélite demostrará las tecnologías básicas de futuras misiones de Planetary Resources".

No se trata de rebuscar en los cuerpos celestes para encontrar carbón o petróleo, sino fundamentalmente de utilizar los asteroides como la materia prima con la que construir y alimentar in situ naves espaciales diseñadas exclusivamente para el transporte en el espacio estelar y no para salir y entrar de la atmósfera terrestre.

Pese a la claridad con la que se expresan los tratados del espacio, firmados por cierto por todas las grandes potencias (EEUU entre ellas), parece poco probable que los mismos actores que en la superficie terrestre continúan compitiendo por los cada vez más escasos recursos petrolíferos, tengan incentivos para sentarse a negociar una norma que les vincule y limite a futuro en la conquista de nuevos territorios y el aprovechamiento de sus recursos.

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