
Tras más de una década, el Gobierno de China ha decidido levantar la prohibición que mantenía sobre la venta de videoconsolas de fabricación extranjera, abriendo el camino para que empresas como Sony, Microsoft y Nintendo entren en mercado chino. Los inversores han reaccionado de forma favorable y han hecho subir las acciones de la compañía japonesa cerca de un 11%.
Así, Pekín permitirá la venta de consolas procedentes de otros países dentro de su Zona de Libre Comercio (ZLC) de Shanghai después de haberlo prohibido durante catorce años alegando efectos adversos en la salud de los jóvenes, según un comunicado publicado por el Consejo de Estado.
El mercado de videojuegos chino es el tercero más importante del mundo en términos de ingresos. China ha visto crecer los beneficios en el sector de los videojuegos en más de un tercio durante 2012, hasta alcanzar los 10.262 millones de euros en 2013.
Pelear por hacerse hueco
Sin embargo, los fabricantes foráneos tendrán que hacer frente a una dura batalla por la cuota de mercado en un país donde toda una generación ha crecido sin videconsolas como la PlayStation, la Xbox o la Wii.
En su lugar, ha proliferado el consumo de los juegos para ordenador, que abarcan dos tercios del mercado, según los datos publicados durante la conferencia anual de la industria del videojuego, celebrada en China el pasado mes de diciembre.
Además, el sector de los videojuegos se ha visto maltratado debido a la proliferación de los juegos gratuitos en dispositivos móviles y ordenadores, así como en las redes sociales. En China, los más populares suelen ser gratuitos, y sólo de forma adicional se paga para obtener armas o vidas extra.
"Si Sony y Microsoft quieren expandir (su negocio) en China, tienen que pensar en cambiar su modelo de negocio y estudiar el éxito de los proveedores de juegos de Internet, que son gratuitos", ha asegurado el director de la empresa de investigación tecnológica Gartner, Roger Sheng.
En el año 2000, el Gobierno chino prohibió la comercialización de videoconsolas ante su preocupación por el contenido violento de algunos de los títulos desarrollados en otros continentes y por cómo ese contenido podría influir en la población infantil. No obstante, ya en 2013 comenzó a considerar la posibilidad de levantar esta prohibición, siempre y cuando no cuenten con contenidos violentos.
Ajustar los precios
Los fabricantes de consolas que quieran expandir su negocio a China deberán, no obstante, adaptar los precios de los aparatos. Más del 70% de los jugadores chinos tienen un salario inferior a 4.000 yuanes (484 euros) mensuales, según la compañía de acciones CLSA de Hong Kong.
El precio de la última Xbox One ronda los 500 dólares en Estados Unidos, la PlayStation 4 los 400 dólares y cada uno de los juegos tiene un precio de en torno a los 60 dólares. "Adquirir un juego por 200 o 300 yuanes (de 24 a 36 euros) es impensable para un jugador normal como yo", asegura a Reuters un estudiante de 23 años de la Universidad Renmin de Pekín.
Otro problema al que deberán enfrentarse Microsoft, Sony y Nintento es la posibilidad de adquirir este tipo de consolas de forma ilegal en lugares como el emporio tecnológico Zhongguancun, en Pekín, donde los clientes suelen ser extranjeros acostumbrados a este tipo de dispositivos.