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Descubren 5 nuevos exoplanetas en un sistema solar 'superhabitable'

Wikimedia Commons

¿Y si nuestro planeta no fuera tan único como pensamos? Un equipo de astrónomos de la Universidad de Montreal ha descubierto un nuevo exoplaneta potencialmente habitable llamado L 98–59 f, situado a 35 años luz de la Tierra. Este planeta se suma a otros cuatro dentro de la zona templada del sistema estelar L 98–59, donde podría existir agua líquida.

A diferencia de otros planetas que se detectan por tránsito, L 98–59 f fue descubierto a través de pequeñas variaciones en el movimiento de su estrella anfitriona, gracias a los instrumentos HARPS y ESPRESSO del Observatorio Europeo Austral (ESO). Lo más destacado es que recibe una cantidad de energía solar similar a la Tierra, lo que lo convierte en un candidato para albergar vida si posee una atmósfera adecuada.

Este sistema es comparable al famoso TRAPPIST-1 por su número de planetas potencialmente habitables, lo que lo convierte en un objetivo clave para futuras investigaciones con el telescopio espacial James Webb.

Una rareza estadística en el cosmos

Situado a solo 35 años luz de distancia, este sistema no solo representa una proximidad cósmica manejable, sino también una rareza estadística: cinco planetas en la zona habitable de una misma estrella.

Pero lo más intrigante no es solo la cantidad, sino la cualidad. Uno de estos mundos, L 98–59 f, recibe casi la misma cantidad de radiación que la Tierra. Es, en cierta forma, nuestro espejo celeste.

Este hallazgo desafía la idea dominante de que la mayoría de exoplanetas se descubren por tránsito. Abre la puerta a miles de mundos no visibles que esperan ser descubiertos mediante otras pistas indirectas. No verlos no significa que no estén ahí.

El sistema L 98–59: un archipiélago de mundos rocosos

L 98–59 es una enana roja, un tipo de estrella mucho más pequeña y fría que nuestro Sol. Pero a pesar de su discreta presencia en el firmamento, se ha convertido en uno de los puntos más interesantes del mapa astronómico actual.

El sistema cuenta con al menos cinco planetas, todos en la zona habitable. Y cada uno presenta características singulares:

  • El planeta más cercano es la mitad de masivo que Venus.
  • El segundo, 2,5 veces más masivo que la Tierra.
  • El tercero podría ser un mundo oceánico, con un 30% de su masa en agua.
  • El cuarto, poco conocido, se clasifica como supertierra.
  • El quinto, L 98–59 f, es el más prometedor por su similitud energética con la Tierra.

El planeta más cercano es la mitad de masivo que Venus. El segundo, 2,5 veces más masivo que la Tierra. El tercero podría ser un mundo oceánico, con un 30% de su masa en agua. El cuarto, poco conocido, se clasifica como supertierra. El quinto, L 98-59 f, es el más prometedor por su similitud energética con la Tierra.

En comparación, en nuestro sistema solar solo la Tierra habita cómodamente la zona templada, con Marte y Venus en los márgenes. Este "archipiélago" de mundos rocosos en torno a una estrella tenue recuerda más a una novela de ciencia ficción que a una realidad confirmada por telescopios terrestres.

La carrera por descubrir vida más allá de la Tierra

¿Podría haber vida en L 98–59 f? La respuesta aún no es clara, pero los pasos siguientes son obvios: buscar señales de atmósfera, analizar su composición y, con suerte, detectar biomarcadores.

El telescopio espacial James Webb jugará un papel decisivo. Su capacidad para observar atmósferas planetarias mediante espectroscopía infrarroja podría permitirnos detectar elementos como oxígeno, metano o vapor de agua. Marcas químicas que, en nuestro caso, están asociadas a la vida.

Más aún: al estar tan cerca —35 años luz es una distancia corta en términos astronómicos—, este sistema se convierte en un laboratorio ideal para estudiar la diversidad de planetas rocosos. Nos permite preguntarnos no solo si hay vida, sino cuán diversa puede ser.

La comparación con TRAPPIST-1 es inevitable. Ambos sistemas orbitan enanas rojas. Ambos tienen múltiples planetas rocosos. Pero L 98–59 tiene la ventaja de que sus planetas están mejor distribuidos dentro de la zona habitable, y de que las mediciones son cada vez más precisas.

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