
Ante un atasco, caben dos posibilidades: podemos lamentarnos por la situación o bien aceptarla con estoicidad y aprovechar ese tiempo para ir resolviendo llamadas o simplemente disfrutar. Para conseguir esto último, ayuda bastante disponer del mejor sistema de entretenimiento a bordo para la escucha de música, audiolibros… En Mercedes se han tomado muy en serio esta filosofía y han presentado un vehículo con la friolera de 31 altavoces con tecnología Dolby Atmos, el Mayback, a la venta desde 200.000 euros. Hemos tenido la oportunidad de probarlo y lo cierto es que la experiencia es lo más cercana a estar en el centro mismo de una gran orquesta.
El sistema Dolby Atmos tiene como objetivo que oigamos la música exactamente igual a como la concibieron los autores. La compañía, con sede en San Francisco y que cumple ahora 60 años, empezó eliminando el ruido de las grabaciones para pasar después al Stereo, al Surround y ahora al Atmos. Este último sistema ofrece a los creadores la posibilidad de mover hasta 140 'objetos sonoros' a nuestro alrededor. Y, aunque la experiencia cumbre sea una sala de cine con casi 70 altavoces o este Mercedes con 31, lo cierto es que también puede adaptarse a cuatro altavoces y a sistemas incluso más modestos.
En el caso de Atmos para los vehículos, desde Dolby admiten que este tipo de tecnologías suele empezar en la gama alta de cada marca para más tarde ampliarse a otros modelos más populares. Durante una visita al centro que Mercedes-Benz tiene en Stuttgart, la compañía anunció que a partir de ahora todos sus vehículos de todas las gamas y modelos traerán de serie la certificación Dolby Atmos en sus equipos de audio. Más allá de la firma alemana, esta tecnología ya está presente en otras 25 compañías del sector de la automoción como Porsche, Cadillac, Aston Martin, Volvo, NIO, MI, Link & Co…
"La idea es que esta experiencia de sonido inmersivo o audio espacial esté a disposición cada vez de un público más amplio. Y lo cierto es que en estos momentos no es necesario desembolsar grandes cantidades de dinero para disfrutar de un sistema compatible con Dolby Atmos o con su equivalente en imagen, Dolby Vision", nos explica Andreas Ehret, responsable de Dolby Atmos para automoción.
Como es lógico, no será la misma experiencia si disponemos de esos 31 altavoces o si solo disponemos de cuatro… Ya en el vehículo, lo primero que sorprende es que todos esos elementos pasan inadvertidos, están ocultos por todas partes. Cuando encendemos la pantalla y elegimos un servicio compatible con música en Dolby Atmos (Tidal, Apple, Amazon…) podemos acceder a un esquema del habitáculo y elegir si queremos que se adapte solo al conductor, a la zona delantera o a todo el espacio, según los ocupantes en cada momento. En caso de contar el coche con sensores en cada asiento, esa configuración podría ser incluso automática. Según los modelos, esos altavoces se localizan incluso en los reposacabezas, mientras que el subwoofer suele ir en el maletero…
A partir de ahí, la verdad es que la experiencia es muy diferente cuando elegimos una pieza adaptada a Dolby Atmos a cuando optamos por otra canción que todavía no ha sido convertida a este formato. Sí es necesario recordar que para acceder a esa experiencia Atmos -ya sea en un vehículo o en un equipo de audio doméstico o unos auriculares- tienen que concurrir tres circunstancias: por un lado, el dispositivo tiene que estar certificado por Dolby con este estándar e incluir su chip de procesamiento de sonido; en segundo lugar, la música elegida ha tenido que ser grabada o adaptada después a este sistema; y, por último, el sistema de reproducción -normalmente plataformas de streaming- también debe ofrecer el audio en este formato. Llama la atención que la plataforma más popular en estos momentos, Spotify, aún no haya incluido este soporte ni siquiera en sus usuarios premiun. Hemos preguntado a la firma sueca el porqué, pero no obtuvimos respuesta.
De vuelta a la carretera, en algunos momentos, cuando conducimos uno de estos vehículos de Mercedes, a partir de un determinado volumen, los altavoces situados cerca de los pedales provocan en el pecho del conductor vibraciones. Pero no todo es música. También hemos tenido oportunidad de escuchar libros dramatizados en la plataforma Audible y ahí el narrador y los diferentes personajes parecen dialogar a nuestro alrededor mientras los distintos efectos (tormentas, cierre de puertas…) los apreciamos repartidos por el resto de altavoces. Y de nuevo volvemos a estar en el centro de la acción.
En otra visita a las instalaciones de Dolby en Nürenberg, tuvimos oportunidad de conocer cómo un centenar de ingenieros de sonido trabaja en la adaptación de este sistema de audio a los vehículos. Allí, salas con 21 altavoces recrean esas atmósferas de sonido envolvente que más tarde pasan a los automóviles. Su responsable, Andreas Ehret, explica a eleconomista.es que "todos estos sistemas de entretenimiento a bordo cobrarán aún más sentido a medida que avance la conducción autónoma. Por ejemplo, en el nivel 3, cuando el conductor puede delegar más funciones en el navegador".
Estos ingenieros de sonido son capaces de detectar desde las más bajas hasta las más altas frecuencias y también de localizar en cuál de esos 21 altavoces se está reproduciendo cada sonido en cada momento. Uno de ellos nos explica cómo pueden educar esa especial capacidad y cómo suelen someterse a diferentes pruebas para evitar que, como es normal con la edad, puedan perder esa alta sensibilidad auditiva.
En otra sala igualmente inundada de altavoces por el suelo, el techo y a media altura vemos en una pantalla cómo cada 'objeto sonoro' se mueve por todos esos dispositivos. Incluso con un joistick podemos mover una bola que representa un sonido por la pantalla y hacerla viajar por cada uno de esos altavoces. Lo que puede parecer un videojuego es exactamente lo que hacen los ingenieros de sonido de una película para decidir en la fase de postproducción dónde quieren situar cada sonido. Así apreciaremos exactamente cada detalle y comprobamos que puede haber, como en la vida real, muy diferentes capas de sonido. Por ejemplo, en el momento que escribimos este reportaje, en la sala de embarque de un aeropuerto, oímos el murmullo de la gente, el arrastrar de maletas, el altavoz avisando de la salida del vuelo, el envoltorio del paquete de patatas de quien se acaba de sentar a nuestro lado, otra conversación frente a nosotros… Todos esos matices que es capaz de captar vuestro oído en la vida real es la que se intenta simular en una película y transmitir Dolby Atmos.
De vuelta a la música, los ingenieros de sonido pueden crear igualmente infinitas combinaciones moviendo esos 140 'objetos sonoros' a nuestro alrededor. Luego, cada compositor también decidirá si prefiere aprovechar todos esos recursos o adoptar una actitud más plana o tradicional. Preguntamos a los ingenieros de sonido encargados de calibrar todos los ajustes en Dolby Atmos qué sucede cuando el usuario final del coche, de los auriculares o del sistema de sonido reduce los agudos, potencia los graves…: "Simplemente se pierde todo ese trabajo. Aunque cada cual pueda realizar esos ajustes y personalizar la experiencia a su gusto, en ese caso perderá la intención de los creadores, que es la que intentamos recrear de la manera más fiel posible".