
El día en que se cumplen dos años desde que sus cuentas desataran la euforia de la IA en Wall Street, la reina de los chips, Nvidia, ha presentado unos resultados mixtos por culpa del 'Efecto Trump', pero que los mercados le han perdonado. No ha cumplido con sus expectativas de beneficios, sí, pero ha explicado que la culpa estaba en la orden del Gobierno de Trump de detener las ventas de una de sus líneas de chips menos avanzadas a China, lo que ha impactado sus cuentas. Sin ese golpe, la firma habría hecho sus deberes un trimestre más.
Así, en el primer trimestre de su año fiscal, la compañía encabezada por Jensen Huang ha registrado unos ingresos cifrados en 44.060 millones de dólares, un volumen superior a los 43.310 millones esperados. El desliz ha estado en las ganancias: la gran tecnológica ha obtenido 18.775 millones de dólares en beneficios, un 15% menos respecto al mes anterior, debido al exceso del inventario de productos de la línea de procesadores H2O tras la decisión de la Administración Trump de bloquear sus exportaciones a China. Sin ese golpe imprevisto, la firma habría cosechado 0,96 centavos por acción de beneficio ajustado, una cifra superior a los 0,93 centavos por acción calculados por el mercado.
La compañía ha logrado batir las estimaciones al calor del incremento interanual del 73% de las ventas en el departamento de centros de datos, avanzando un 10% en términos trimestrales, hasta los 39.100 millones de dólares en ingresos. Por su parte, en la rama de ordenadores y gaming, los ingresos se han disparado un 48% desde el trimestre anterior, hasta alcanzar los 3.800 millones de dólares.
Los inversores parecen haber comprado la justificación de Nvidia relativa a la caída de su beneficio, ya que la firma ha llegado a subir más de un 3,5% en el after-hours. Huang ha celebrado que la línea de chips Blackwell ya está produciéndose a pleno rendimiento, y que "la demanda global por la infraestructura de IA de Nvidia es increíblemente fuerte". Su esperanza para el futuro es que "los estados se den cuenta de que la IA es una infraestructura esencial, como la electricidad e internet", con Nvidia como la principal beneficiaria mundial.