
La inteligencia artificial generativa (GenAI) está en boca de todos los directivos españoles, pero aún no ha alcanzado el corazón de sus presupuestos. Es una de las conclusiones que encontramos en el estudio Situación actual de la GenAI en España: innovación e inversiones limitadas, elaborado por Cognizant en colaboración con Oxford Economics. Según leemos en sus páginas, a pesar de que el 73% de los líderes empresariales del país asegura querer acelerar sus iniciativas en este ámbito, la inversión efectiva aún se mantiene por debajo de la media internacional.
La promesa de la IA generativa ha dejado de ser una mera disrupción teórica para convertirse en una prioridad estratégica. Sin embargo, en España, el entusiasmo choca de frente con un enfoque de inversión prudente: las empresas prevén destinar en promedio 21,14 millones de euros a iniciativas GenAI durante 2025, menos de la mitad que la media global, situada en 42,28 millones.
Más allá de las cifras, el estudio pone de manifiesto una aproximación más matizada al papel de la GenAI en las empresas españolas. A diferencia del enfoque global, donde predomina el objetivo de aumentar la productividad, en España las prioridades están más diversificadas: un 35% busca rediseñar sus modelos operativos, otro 35% mejorar la productividad y un 34% impulsar la innovación empresarial.
Este reparto equitativo refleja tanto la versatilidad de la tecnología como la cautela del tejido empresarial. Sectores como el farmacéutico priorizan el rendimiento de negocio, mientras que el asegurador se enfoca en eficiencia operativa. En cambio, industrias intensivas en conocimiento y cambio, como la tecnológica, energética o de comunicaciones, apuestan por la transformación profunda de modelos de negocio.
Según este estudio de Cognizant, aunque las inversiones no estén a la altura del entusiasmo declarado, España cuenta con algunos elementos clave que pueden catalizar la adopción de la GenAI en el medio plazo. Sus autores explican que, por un lado, el país presenta niveles de adopción de IA superiores a la media europea, según datos recientes de la Comisión Europea. Este liderazgo se debe, en parte, a una política nacional ambiciosa: la Estrategia Española de Inteligencia Artificial ha consolidado un ecosistema robusto que favorece tanto la oferta como la demanda de soluciones basadas en IA.
La infraestructura también juega a favor. El supercomputador Marenostrum 5, con sede en Barcelona, es uno de los más potentes de Europa, lo que sitúa a España en una posición estratégica para entrenar y desplegar modelos de IA avanzada a gran escala. Además, la política de datos abiertos -en la que el país ocupa el séptimo puesto en madurez según la UE- contribuye a alimentar de forma ética y eficiente estos modelos.
Los frenos del progreso
Pese a estos aceleradores, el informe advierte de varios frenos significativos que dificultan una implantación más decidida. En primer lugar, la falta de confianza: el 49% de los encuestados cree que sus prácticas de seguridad no están a la altura para abordar proyectos de GenAI, y un 53% admite no sentirse preparado para cumplir con los requisitos legales y contractuales en materia de privacidad. En un entorno regulatorio europeo cada vez más exigente -con el AI Act a las puertas de su plena aplicación-, estas carencias pueden tener consecuencias reputacionales y legales.
Otro obstáculo es la escasez de talento especializado. La falta de profesionales capaces de diseñar, entrenar y auditar sistemas de IA generativa limita las capacidades de las empresas, especialmente de las pymes, para adoptar estas soluciones con garantías. A ello se suma una preocupación creciente sobre la madurez de las herramientas disponibles, la fiabilidad de los proveedores y la dificultad de demostrar retornos de inversión a corto plazo, añaden en este estudio.
A pesar de este equilibrio entre ambición e incertidumbre, los expertos coinciden en que el momento para actuar es ahora. "El estudio evidencia que, aunque los directivos españoles se enfrentan a importantes desafíos, existe un claro compromiso para acelerar la adopción de la IA generativa en el país", afirma Manuel Ávalos, director general de Cognizant para España, Italia y Portugal. "Con inversiones adecuadas y estrategias adaptadas a las particularidades sectoriales, estos retos se transformarán en palancas de crecimiento", añade.
España ya está en la parrilla de salida de la carrera por la GenAI. Lo que está por decidir es si se atreverá a pisar el acelerador o seguirá revisando el mapa mientras otros países avanzan.