A pesar del auge de los smartphones, las redes sociales y de las plataformas en streaming que te permiten ver contenidos desde cualquier aparato y lugar, la televisión sigue siendo una parte esencial de nuestras vidas, proporcionando entretenimiento e información, y de hecho, la TV también se ha actualizado para convertirse en un dispositivo inteligente también.
Estos aparatos están diseñados para durar muchos años, aunque es inevitable que con el paso del tiempo y el uso, poco a poco se vayan deteriorando y ciertos elementos o partes de tu TV dejen de funcionar como lo hacían el primer día. Esto forma parte de la obsolescencia programada que tienen todos los dispositivos electrónicos, no obstante, hay ocasiones en las que somos nosotros mismos sin saberlo los que estamos rompiendo nuestro televisor poco a poco.
Esto es porque como muchas personas saben los televisores son uno de los electrodomésticos que más consumen del hogar, y con intención de reducir este consumo, o fruto de una costumbre sin nada más detrás, son muchísimas las personas que apagan la TV desenchufándola directamente de la corriente.
Y es que aunque pueda parecer una tontería, hay una importante diferencia entre apagar el televisor desde el mando o el propio dispositivo y apagarlo desde la regleta. Y es que sí lo haces por motivos de ahorro, te avisamos que estarás ahorrando como mucho 10 euros al año, pero esta acción continuada está "matando" a tu dispositivo, sobre todo si tu televisor es OLED.
Por qué no debes apagar así tu TV
Apagar de raíz tu TV, es decir, desenchufarla de la corriente directamente es una práctica muy perjudicial para tu dispositivo porque estás interrumpiendo bruscamente su funcionamiento. Ponemos especial hincapié en los televisores OLED porque estos son los más sensibles a este problema debido a que este tipo de TV después de apagarse, activa automáticamente un proceso de mantenimiento que dura unos 20 minutos.
Al cortar de raíz el apagado, estás impidiendo que tu televisor OLED complete este mantenimiento, acortando la vida útil de tu televisor, al comenzar a sufrir problemas en la imagen de este antes de lo que debería. Lo cierto es que esta práctica para otros televisores, como los LED o LCD no es tan dañina, debido a que estos no tienen este mantenimiento interno, pero de nuevo es una práctica que no reporta grandes beneficios ni para el dispositivo ni para tu bolsillo.