
Al igual que lo hace el resto de cosas, las formas en las que pagamos han evolucionado acorde con el desarrollo tecnológico y de la sociedad. El dinero en metálico lleva siglos usándose para pagar y comprar, pero es cierto que poco a poco está perdiendo fuerza frente a otros medios como son el pago con tarjeta (que también está "desapareciendo") en el sentido de que cada vez más personas pagan ahora directamente con su smartphone o smartwatch.
Como decíamos, concorde la tecnología evoluciona y ofrece nuevas soluciones, los métodos de pago también han cambiado y se han adaptado a los nuevos tiempos. Y aunque el último informe del Banco de España de noviembre de 2024 señala que el efectivo continúa siendo el método de pago más extendido en nuestro país, las cosas están cambiando y los bancos ya trabajan en las alternativas del futuro.
Y según parece nos tenemos que ir olvidando de las tarjetas de crédito, ya sea en físico o integrada dentro de nuestro smartphone o smartwatch, y es que en un futuro no tan lejano como algunos podrían pensar, comenzaremos a poder pagar con nuestro cuerpo, ya sea con la cara, el dedo o los ojos, pero todo apunta a que la tendencia serán los pagos biométricos.
Cada vez son más países los que están iniciando pruebas para ver cómo podría funcionar esta nueva tecnología, que no depende de insertarnos algún tipo de chip dentro del cuerpo, sino más bien el de crear sistemas que sean capaces de identificar a las personas (mediante el método biométrico que sea) para que se les cobre el pago sin tener que pasar una tarjeta o entregar un billete.
Sin PIN, firmas u objetos
Este método es mucho más sencillo de lo que parece, y es que el usuario tan solo tendrá que ir al banco o incluso desde la app de su móvil para registrar sus datos biométricos. Cosa que, por ejemplo, las apps bancarias ya tienen por lo que la implementación de esta tecnología podría ser mucho más rápida. Por otro lado, los comercios tendrán que instalar un sistema equipado con lectores compatibles para que con solo mirar o poner tu dedo, se confirme el pago en cuestión de segundos.
Este nuevo método tiene muchos beneficios, empezando por el hecho de que tan solo te necesitas a ti mismo para pagar, no hacen falta elementos extra como una tarjeta, ni tampoco saberse un código PIN o similar, al igual que tampoco se requiere conexión a Internet lo que es especialmente útil en zonas rurales con mala o nula cobertura.
Otro de los aspectos destacables es el nivel de seguridad, ya que no solo no te lo podrán robar (porque no hay nada que robar) o suplantar con facilidad, sino que tampoco te los podrás olvidar o perder, lo que hace que sea prácticamente imposible el fraude financiero.
Según publica Visa en un informa, alrededor del 47% de los españoles dice que pagar con datos biométricos es más seguro que con tarjetas físicas o móviles y un 36% asegura que estaría dispuesto a adoptar este método en los próximos cinco años. Pero ni siquiera habrá que esperar tanto, ya que para 2026 bancos españoles y grandes cadenas comerciales preparan un proyecto piloto que permitirán los primeros usos reales se vean en supermercados, farmacias y tiendas de proximidad.