
Las redes sociales están cada vez más presentes en la vida de las personas y los contenidos que circulan en ellas afectan de manera directa en el estado de ánimo de los usuarios. En este sentido, ING ha presentado el I Estudio de Bienestar Digital que se enmarca dentro del proyecto Bienestar Digital: La vida que SÍ. Menos contaminante, menos estresante en el que destaca que tan solo un 10% de los españoles consideran que cuentan con un buen bienestar digital. El 63% de los encuestados cree que es fundamental apagar el móvil en momentos clave, pero es tan solo el 39% el que lo hace habitualmente.
Por la manera en la que afecta el contenido que circula en redes sociales, es fundamental conocer los efectos que tiene en el bienestar de los ciudadanos. Y es que, tan solo el 5,6% de los encuestados tiene un conocimiento profundo sobre la contaminación que genera Internet y los contenidos que se encuentran en los perfiles de los usuarios desde hace varios años y que producen emisiones de carbono sin aportar ninguna sensación de bienestar en las personas. Aunque el consumo individual pueda parecer insignificante, contribuye de manera notable al incremento de la huella de carbono a nivel mundial.
Como parte de esta iniciativa, ING ha puesto en marcha El Clic hacia el Bienestar Digital, se trata del primer programa diseñado para transformar la relación de las personas con el entorno digital. Además, pretende fomentar una convivencia más equilibrada con la tecnología. En el primer episodio se dejaron 5 claves para poner de manifiesto que todos los usuarios deben crear una Digital Care Routine.
Entre las principales iniciativas se propone una limpieza de armario digital, a través de la que se deben organizar y limpiar los dispositivos digitales es esencial para reducir la basura almacenada.
Esto se debe a que los centros de datos consumen el 2% de la energía mundial y grandes cantidades de agua, especialmente en zonas de sequía en España. Programar una limpieza recurrente para eliminar contenido innecesario (fotos duplicadas, aplicaciones no utilizadas, archivos innecesarios, correos sin abrir) contribuye a reducir el impacto ambiental y mejora nuestro bienestar mental.
También se aconseja el uso de almacenamiento externo, ya que guardar archivos y documentos en dispositivos ajenos, como discos duros o pen drives ayuda a reducir el desorden digital y el estrés asociado. Además, transferir estos archivos a dispositivos externos puede ser un paso previo a su eliminación permanente, disminuyendo así el impacto ambiental.
Los expertos recomiendan la desconexión digital nocturna. No solo sirve con no utilizar el móvil horas previas a irse a la cama, sino que abogan por dejarlo fuera de la habitación al dormir, ya que este proceso mejora significativamente la calidad del sueño y evita el consumo de pantallas antes de acostarse, creando un ambiente más propicio para el descanso.
Esto se debe a que una persona con insomnio recurre al dispositivo electrónico para pasar el tiempo hasta que logra conciliar el sueño, lo que puede producir un mayor insomnio. De esta manera, se evita la contaminación antes de dormir.
Ante ello, recomiendan modificar los hábitos fuera del consumo de pantallas. Sustituir el uso de redes sociales antes de dormir por la lectura, hacer deporte sin el móvil y establecer horarios para actividades sin conexión a internet son prácticas que mejoran nuestra relación con la tecnología y que, además, permiten a la mente tomarse un descanso.
Para potenciar el bienestar digital es fundamental limitar el uso de aplicaciones. El uso excesivo de apps con scroll infinito, como Instagram o TikTok, puede aumentar considerablemente el tiempo frente a la pantalla. Estas aplicaciones permiten establecer un tiempo máximo de uso, ayudando a ser más conscientes del tiempo en línea y promoviendo un uso más equilibrado de la tecnología.
Cuidar el bienestar digital y, con ello, el mental, es tan importante como las rutinas que se desarrollan para potenciar los cuidados físico. Una buena rutina de cuidado digital nos permite mantener una relación saludable y equilibrada con la tecnología, reduciendo el estrés y mejorando nuestra salud en general. De esta manera, adoptar prácticas como la limpieza digital, el almacenamiento externo, la desconexión nocturna, el establecimiento de límites de uso y la creación de hábitos fuera del consumo de pantallas, nos ayuda a vivir de manera más consciente y sostenible en un mundo cada vez más digitalizado.
Si notas que te hace falta desconectar es que necesitas un refugio digital, un espacio en el que poder desconectar con tranquilidad de estímulos digitales. Es crucial contar con estos lugares para evitar la sobrecarga, el estrés y el cansancio mental.
Es fundamental establecer momentos en los que te alejas de los dispositivos electrónicos, que se puede traducir en una revitalización de tu bienestar. Dedicar tiempo a actividades sin pantallas permite reconectar contigo mismo, disfrutar de la compañía de tus seres queridos o simplemente a disfrutar del dolce far niente. Desactivar las notificaciones, limitar el uso de redes o dejar el móvil fuera de la habitación son algunas maneras de crear estos espacios. Revisar el tiempo de uso de tu teléfono móvil también te puede dar información para implementar buenas prácticas.
Si bien es innegable que la tecnología ha mejorado nuestra calidad de vida, es crucial ser conscientes de los efectos adversos que puede tener su uso excesivo, y como puede tornar esa mejora en una desventaja.
Cada vez es más común conocer a personas con problemas mentales causados por la adicción al teléfono y por los contenidos que circulan en las redes sociales y los mensajes que se lanzan en la web.
Se revista el móvil entre 70 y 80 veces
Se recomienda revisar cuánto tiempo se pasa online. El móvil se ha convertido en una extensión de nuestras vidas. Los españoles dedicamos diariamente más tiempo frente a las pantallas que durmiendo (5,45 h navegando por internet + 3,23 h en la tv). Y el tiempo aumenta en generaciones más jóvenes. A nivel mundial, la generación Z dedica alrededor de 9 horas de tiempo diarias alrededor de una pantalla. Reducir ese tiempo puede provocar menor estrés y ansiedad. El 70% de las personas sufre nomofobia, miedo irracional a tener que estar un periodo de tiempo sin teléfono móvil.