
El auge de la Inteligencia Artificial es innegable, y el hecho de que todo nuevo producto, servicio o plataforma incluya de una manera o la otra esta tecnología es un claro indicativo de que la IA ya no es solo una cosa del presente, sino que también del futuro y le queda mucho camino por delante.
De hecho, todo lo que conocemos hasta hoy es tan solo la punta del iceberg del potencial de esta tecnología, aunque las capacidades que tiene en este momento ya nos dejen asombrados, lo que podrá hacer en cosa de 10 años no lo podemos ni imaginar.
Sin duda esto tiene una infinidad de ventajas, pero a su vez genera una serie de miedos, y entre los más comunes se encuentra el temor a que la IA y las máquinas nos sustituyan en el trabajo. Si bien esto ya está ocurriendo en ciertos aspectos, sobre todo en tareas pesadas, repetitivas y peligrosas, poco a poco las habilidades de la IA se van a ir colando en el mundo laboral, lo que dejará a muchas personas sin trabajo.
Si bien es verdad que muchos expertos aseguran que la IA es una herramienta y un complemento para nuestro trabajo, y que en la mayoría de casos esta tecnología no va a suponer un amenaza en este aspecto, hay algunos en los que sí, y como reconoció Vasco Pedro, director general de Unbabel, una startup especializada en el desarrollo de herramientas de traducción impulsadas por IA en una entrevista para JV Tech, sí que hay un profesión que en tres años estará obsoleta.
Según explica este, los traductores tienen los días contados por culpa de la IA, porque en cosa de tres años esta tecnología será capaz de replicar su trabajo a la perfección, corrigiendo los errores que puede tener en la actualidad lo que eliminará la necesidad de intervención humana en la inmensa mayoría de procesos de traducción.
"Creo que los humanos todavía tenemos una ligera ventaja en casos de uso muy difíciles. Pero esa ventaja ahora es tan escasa que, excepto en los casos más difíciles, creemos que la IA realmente está consiguiendo ese objetivo, y me resulta difícil imaginar cómo dentro de tres años se necesitarán humanos para traducir algo ", explica.
Aun así, asegura que "siempre habrá humanos" para garantizar que las máquinas hagan su trabajo y lo entreguen en los sitios correspondientes.