La nave Starship de Space X logró culminar su sexto vuelo de prueba tras cubrir un vuelo orbital de hora y cinco minutos desde Texas. Esta es la nave más grande y potente de la historia, pero también pretende ser el primer cohete reutilizable del mundo debido a que está diseñado para que todas sus partes se puedan recuperar o que directamente no se desprendan durante el lanzamiento.
Este es un reto que podría cambiar las misiones espaciales para siempre debido a que posibilitaría como hemos dicho reutilizar una misma nave espacial, lo que reduciría enormemente el coste de cada misión. Elon Musk al que no le asusta ningún reto está empeñado en conseguirlo, y en el último intento que realizó Starship antes de este lograron la histórica maniobra de atrapar los propulsores de la nave en buenas condiciones para poder usarlos de nuevo.
El sexto vuelo de prueba de Starship, despegó desde Starbase en Boca Chica (Texas) este 19 de noviembre, con el objetivo de ampliar las capacidades de la nave y del propulsor y acercarse a la posibilidad de reutilizar todo el sistema. El propulsor Super Heavy despegó con éxito al comienzo de la ventana de lanzamiento con los 33 motores Raptor impulsándolo y la Starship fuera de la plataforma de Starbase.
Después de un ascenso nominal y la separación de etapas, el propulsor pasó con éxito a su combustión de retorno para comenzar el regreso al sitio de lanzamiento. Sin embargo, aunque la compañía espacial de Elon Musk había anunciado que el cohete Super Heavy volvería a la torre de despegue minutos después del lanzamiento, finalmente amerizó en el Golfo de México.
Por su lado, Starship completó otro ascenso exitoso, colocándose en la trayectoria esperada. La nave volvió a encender con éxito un solo motor Raptor mientras estaba en el espacio, lo que demostró las capacidades necesarias para realizar una combustión de desorbitación de la nave antes de comenzar misiones completamente orbitales.
Por eso se está debatiendo si es un éxito o un fracaso, y no es que haya respuesta correcta. Esto es porque nadie puede negar que el lanzamiento anterior fue más exitoso que este, no obstante, que la nave tuviera que aterrizar en el mar era una opción viable y realista que entraba como parte de los planes de Musk.