Madrid
La materia prima de la Inteligencia Artificial Generativa no sólo son los algoritmos, sino también los contenidos de calidad que nutren a dicha tecnología. Sin los textos, imágenes y vídeos que pululan por millones de accesos online no sería posible la generación de los conocimientos que proporcionan las máquinas. Entre otros detalles, el 22% de las respuestas que ofrece la IA procede de datos extraídos de la prensa online. Ante esa imperiosa realidad, más de 31.000 creadores de contenidos de todo el mundo se han movilizado para defender los derechos de sus obras protegidas.
En esa batalla contra los gigantes tecnológicos, el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) -asociación sin ánimo de lucro de autores y editores de libros, revistas, periódicos y partituras, editadas en cualquier medio y soporte- recuerda que se requiere el permiso de los creadores de las obras para su utilización para entrenar modelos de inteligencia artificial generativa "Una sola idea ha impulsado este movimiento: El uso sin licencia de obras protegidas para entrenar IAG es una amenaza grave e injusta para el trabajo de las personas y empresas que están detrás de esas obras, y no debe permitirse".
Entre los firmantes se encuentra la Federación Internacional de Entidades de Derechos Reprográficos (IFRRO, por sus siglas en inglés) –de la cual es miembro CEDRO– y la Asociación Colegial de Escritores de España. Desde la referida federación se explica que "esta movilización europea se suma a las iniciativas globales que exigen una legislación que proteja los derechos de autor en la era de la IA". Según recalca IFRRO, "la explotación no autorizada de obras protegidas representa una seria amenaza para la economía creativa y para la subsistencia de los profesionales de la cultura".
El documento suscrito por autores, músicos, artistas, editores y organizaciones del sector, tanto nacionales como internacionales, recuerdan que la inteligencia artificial generativa "es una tecnología capaz de producir textos, imágenes, contenidos sonoros y audiovisuales a demanda del usuario, a partir del procesamiento de múltiples fuentes". Un uso adecuado de este sistema de computación "ofrece enormes ventajas. Sin embargo, la inexistencia de una regulación sobre la misma y una aplicación inadecuada de la IAG puede generar efectos nocivos en nuestra sociedad, en materia de salud democrática, pensamiento crítico, información veraz, propiedad intelectual, diversidad cultural y lingüística y privacidad, entre otros".
IFRRO: "La explotación no autorizada de obras protegidas representa una seria amenaza para la economía creativa y para la subsistencia de los profesionales de la cultura"
Pese a que los firmantes del manifiesto conocen que desde el ámbito europeo se está trabajando en una ley aplicable a dicha cuestión, "los autores y editores solicitamos a los partidos políticos una regulación que garantice la propiedad intelectual sobre nuestras creaciones, la neutralidad de la IAG y que se certifique su buen uso para evitar cualquier forma de sesgo, discriminación o vulneración de los derechos fundamentales en su desarrollo, aplicación y resultados".
Por todo lo anterior, los firmantes reclaman "un marco ético y normativo, que fortalezca los contenidos editoriales y garantice a los ciudadanos un acceso a la cultura, a la información y a la educación respetuoso con los derechos de propiedad intelectual". El mismo documento aboga por crear "marcos de convivencia", para que "la IAG fuera un aliado ético en los procesos de generación y difusión de contenidos". De esta forma, se respetaría la naturaleza de la originalidad humana en cualquier proceso de creación, basada en la experiencia vital de sus autores.