
La Inteligencia Artificial (IA) se ha propuesto intervenir en todos los sectores económicos acelerando y automatizando procesos productivos. En nuestra vida diaria, ya notamos su presencia a través de múltiples dispositivos, desde los robots de limpieza a los asistentes de voz, los videojuegos o las plataformas de contenidos en 'streaming'… También quiere ayudarnos a resolver los principales retos que tenemos por delante y el cambio climático no podía quedar al margen. Ya podemos hablar de varias iniciativas que están empleando la analítica avanzada de datos, el 'machine learning' y los algoritmos para reducir el impacto de la actividad humana en el calentamiento de la Tierra.
"El objetivo que nos marcamos es evitar que aumente ese grado y medio de temperatura que se fijó en la Cumbre de París y que provocaría que se derritiera parte de los polos y subiera el nivel de los océanos e inundase zonas pobladas", nos reconoce Ángel Monjarás, que trabaja para la iniciativa C40 Cities desde su país natal, México. Esta ONG, que ha recibido el apoyo, entre otras, de la Fundación Clinton, integra a 97 ciudades que representan más del 22% de la economía del mundo. Todas ellas se comprometen voluntariamente a tomar medidas para mejorar la calidad del aire, gestionar mejor sus residuos, ser más eficientes desde el punto de vista energético…
"La IA nos ayuda ya de múltiples formas: desde la comparación y homogeneización de los datos que recibimos de cada ciudad, a la interpretación de todas esas iniciativas y la medición del impacto que tendrán en el cambio climático, la realización de modelos predictivos según diferentes escenarios, la evolución y comparación de estrategias de ciudades similares…" Así nos lo explica Monjarás, que gestiona todas las herramientas que la compañía norteamericana Qlik les facilita de forma gratuita para lograr esa meta común. Hablamos con Monjarás en Orlando, donde esta empresa especializada en la integración de datos, en el análisis y en IA, ha celebrado su reunión anual. Allí, Qlik también ha anunciado que amplía su colaboración con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para que usen sus soluciones con el mismo fin que la anterior ONG global.
Si C40 Cities busca paliar esos efectos del cambio climático trabajando con las ciudades, este organismo de la ONU lo hace con los países. Así se trabaja en dos frentes por un objetivo común. "La colaboración de Qlik tiene como objetivo mejorar la capacidad de la CMNUCC para acelerar las negociaciones sobre el cambio climático, permitiendo un mayor enfoque en la acción informada por datos", nos explica Julie Kae, vicepresidenta de Sostenibilidad en Qlik. Aprovechando las soluciones avanzadas de integración de datos, análisis e IA de Qlik, "la CMNUCC va a poder aglutinar toda la información existente sobre el deterioro medioambiental en múltiples países y por muy distintas fuentes para establecer políticas o enviar recomendaciones de mejora a aquellos países que pudieran necesitarlo", nos explica Kae. "Queremos reducir brechas en este sentido, que tampoco haya miedo de hablar de este tema, y lo mismo que venimos haciendo con las ciudades, poder aplicarlo a partir de ahora a los países", añade la responsable de sostenibilidad de esta tecnológica. Se muestra convencida de que solo conociendo la magnitud del problema podremos tomar las mejores soluciones y medidas para combatirlo.
De regreso al movimiento de C40 Cities, "las ciudades nos envían los datos en múltiples formatos y la plataforma se ocupa de unificarlos". "También nos advierte si ve algo extraño en esas estadísticas. Todo ello nos permite trabajar con un mismo criterio", explica Monjarás a eleconomista.es. Porque en este caso, igual que le pueda suceder a cualquier compañía que quiere automatizar procesos o hacer más eficiente su actividad, es clave disponer primero de la mejor información. Como nos explica otro portavoz de Qlik, Jamie Kiser, Chief Operating Officer de Talend, "si los datos de que dispone una organización o empresa son basura, recibirá igualmente respuestas basura cuando se le haga cualquier pregunta a su modelo de lenguaje (LLM) en IA generativa".
Nos cuenta Ángel Monjarás, por ejemplo, que a veces reciben de una ciudad un simple enlace a una web en el idioma local para que así estén al corriente de una nueva normativa que están aplicando y que puede afectar al medio ambiente. En esos casos, las herramientas de Qlik se ocupan de entrar en ese link, de leer la norma, de sacar sus propias conclusiones conforme a unos parámetros y así conocer en realidad el alcance de esa medida según los objetivos que tiene marcado. ¿Y cómo comparar a una ciudad con otra totalmente distinta de otro continente? "Medimos las mejoras por porcentajes y no hay que olvidarse de que todas las ciudades se enfrentan al mismo problema global: si sube el nivel del mar, esto va a afectarle igual a Países Bajos que a La India. Lo que ha hecho un país le puede servir al otro para mitigar el mismo problema".
En ese largo listado de urbes conectadas en C40 Cities, en continua ampliación, de momento, solo vemos a Madrid y Barcelona. Sin embargo, otras muchas, como Pontevedra, siguen sus recomendaciones y se aprovechan de la experiencia sin haber firmado ningún compromiso. De hecho, la ONG dispone de guías para instalar sensores que midan la calidad del aire, indicando exactamente cada cuántas calles es necesario hacerlo, en qué ubicaciones… También ofrecen gratis otras guías para instalar carriles bici o diseñar corredores verdes, por ejemplo.
En el caso de la CMNUCC, las herramientas de IA de Qlik se proponen ayudar también en la integración de los datos, creará cuadros de mando públicos para mejorar ese acceso al ingente material, ofrecerá cursos en el uso de estas herramientas al personal en esta agencia de la ONU y va a avanzar en la integración de la IA. "Se trata de reducir brechas de información, igual que venimos haciendo con las ciudades, replicar el modelo con los países y que lo que tiene éxito en un lugar pueda ser aplicado en otro, que puedan trabajar de forma más rápida, que no tengan que empezar de cero, sino aprovechar la experiencia de las demás", añade Julia Kea.
"Las herramientas de analítica de datos e IA también nos ayudan a establecer comparaciones entre ciudades similares y a realizar modelos predictivos, por lo que podemos adelantarnos y tomar medidas o lanzar advertencias a las ciudades de que modifiquen algo para no desviarse de la hoja de ruta que han marcado", explica Monjarás. No podemos evitar preguntarle por la situación o semejanzas entre las dos capitales españolas. "Barcelona se ha convertido en un buen ejemplo del modelo de 'ciudad de quince minutos', que significa que cualquier ciudadano puede encontrar todo lo que necesite (desde la escuela a un hospital…) a menos de 15 minutos andando o en bicicleta. Es un modelo que también está triunfando en París, pero en el caso de Barcelona es curioso que se ha ido diseñando así desde hace muchos años. La rehabilitación de barrios ha tenido en cuenta esos patrones, creando para ello calles más amigables con los peatones, con menos carriles para vehículos, algo que desincentiva que sean cruzados por quienes viven en otros barrios". De Madrid destaca los corredores verdes que se han ido creando y su rica masa arbolada, que ayuda a reducir la temperatura de forma considerable.
También alaba el papel de Londres al regular la entrada del vehículo privado a la City o la mejora sustancial experimentada por las ciudades chinas: "Siguen siendo los primeros consumidores de cemento y construyendo grandes infraestructuras, pero al mismo tiempo las ciudades han mejorado mucho la calidad del aire en los últimos años", recuerda Monjarás.
De vuelta a la tecnología, la IA y la analítica de datos también ayuda a los gerentes de C40 Cities en el control de todas las gestiones y relaciones que se establecen. Le preguntamos cómo puede impactar esta conversación presencial con eleconomista.es y nos explica que puede registrarla en la plataforma y así también medir el impacto que este contacto pueda tener en la futura integración de más ciudades españolas en la iniciativa de C40 Cities.
Monjarás también celebra las nuevas herramientas que Qlik ha presentado en su convención anual porque les van a facilitar integrar mejor todos los datos desestructurados de múltiples fuentes. En su día a día, esta ONG se enfrenta al problema de que algunas ciudades aceptan publicar sus datos y otras que se niegan. A partir de ahora, esas nuevas soluciones de Qlik les van a permitir integrar toda la información y extraer conclusiones comunes sin romper esa voluntad libre de cada ciudad, que sigue siendo la dueña de los datos. El hecho de utilizar también la nube propia de Qlik les está ayudando a hacer más sostenible ese soporte tecnológico.
"Tenemos que contar también con los datos históricos y actualizados que recibimos de otras fuentes, como pueda ser la propia NASA y sus múltiples satélites. Todo eso podemos mezclarlo con la información que nos facilitan las ciudades y crear nuevos patrones", añade Monjarás. En esta misa convención, donde eleconomista.es fue el único medio español presente, participó también Greg Robinson, ex director del telescopio James Webb de la NASA. Robinson explicó el papel que tienen estas herramientas de analítica de datos e IA para conocer mejor nuestro planeta, en este caso desde ese gran ojo colocado en el espacio.
Sobre la iniciativa de la agencia de la ONU, preguntamos a Monjarás por qué tipo de instituciones son más eficientes en esta misión. Nos responde que las ciudades suelen ser más ágiles, que tienen más capacidad para tomar medidas de una forma más rápida.
Gracias a esa analítica de datos, ya es posible conocer también la huella de carbono de cada edificio en una ciudad. Así, cualquier empresa que quiera tener en cuenta ese factor de sostenibilidad, puede acceder a esa información antes de alquilar unas oficinas. "Es una información de la que es propietaria cada ciudad, pero que, si nos autoriza, también la incluimos en nuestra web", explica este responsable de C40 Cities.
Monjarás recuerda que hablar de sostenibilidad también implica hablar de igualdad, porque "los pobres son los que menos contaminan y, al mismo tiempo, son los que más se verán perjudicados por el cambio climático cuando lleguen sus peores efectos".