Tecnología

El documental de Ashley Madison llega a Netflix: la verdadera historia tras el hackeo a la web de citas

  • Casi 40 millones de usuarios fueron expuestos durante el hackeo de la web de citas
  • Al menos 4 personas se suicidaron tras salir sus nombres a la luz

Vivimos un tiempo donde, por suerte o por desgracia, la mayoría de los usuarios de internet están más concienciados sobre sus datos y la posibilidad de que una web pueda sufrir un hackeo. En 2015, sin embargo, esto no estaba tan extendido, y aquello pilló completamente desprevenidos a casi 40 millones de usuarios que estaban inscritos en la mayor página de citas a ciegas del momento: Ashley Madison.

Netflix ha recuperado el caso en el documental 'Ashley Madison: Sexo, mentiras y escándalos' que acaba de llegar a la plataforma, donde se recopilan casos de matrimonios y personas que fueron víctimas de la filtración

La promesa rota de la privacidad Ashley Madison

En 2001, Ashley Madison irrumpió en el escenario digital con una propuesta tan controvertida como clara: ofrecer un espacio para que personas casadas pudieran tener aventuras discretas. Con el lema provocador "La vida es corta. Ten una aventura", la plataforma rápidamente se convirtió en sinónimo de infidelidad facilitada por la tecnología.

Sin embargo, la verdadera conmoción llegó en 2015 cuando un grupo de hackers expuso la información personal de millones de usuarios, desencadenando una ola de caos y la destrucción de numerosas matrimonios, llegando al extremo de que cuatro de sus usuarios se llegó a suicidar tras la filtración.

El ataque fue obra de un equipo de hackers denominado Impact Team que robaron datos de más de 37 millones de usuarios a la compañía (sus domicilios, sus preferencias románticas y sexual es, incluso sus datos bancarios) y amenazó con hacerlos públicos si esta no cerraba inmediatamente su web. En agosto de 2015 estos datos se publicaron en BitTorrent con datos como nombre, apellidos, teléfono, correo electrónico y transacciones financieras realizadas por los usuarios.

Como consecuencia de este escándalo, el 28 de agosto dimitió Noel Biderman, su fundador.

Los efectos del hackeo

El documental de Netflix no se limita a narrar los eventos del hackeo, sino que pone rostro a las víctimas y profundiza en las consecuencias emocionales y sociales que le siguieron. Entre los testimonios más impactantes está el de Rob y Stephanie, una pareja en un matrimonio abierto que utilizaba Ashley Madison para explorar su sexualidad de manera consensuada.

En contraste, el documental presenta historias como la de John, un profesor que se suicidó tras aparecer en el listado; o la de un matrimonio joven en la que un padre de familia decidió introducir sus datos en la web.

La trampa de los perfiles falsos

Uno de los aspectos más inquietantes revelados por el documental es el uso de perfiles falsos por parte de Ashley Madison para mantener el interés de los usuarios masculinos. Michelle McGee es una mujer que narra cómo varios hombres creyeron estar conversando con ella debido a estos engaños. El documental expone que muchos de estos perfiles eran manejados por empleados de Ashley Madison o bots programados para simular interés.

La revelación de que numerosos usuarios estaban interactuando con bots y perfiles falsos subraya un tema recurrente en el documental: la manipulación de las expectativas y deseos humanos mediante la tecnología. Esta práctica no solo llevó a muchos a gastar dinero en la plataforma bajo falsas pretensiones, sino que también exacerbó el sentimiento de traición y humillación cuando la verdad salió a la luz.

Qué pasó tras el escándalo

El documental también aborda el juicio implacable que enfrentaron muchos usuarios expuestos, siendo algunos de ellos perseguidos y señalados en comunidades profundamente cristianas.

El hackeo de Ashley Madison fue más que una brecha de seguridad; fue en cierto modo un símbolo del paso del internet que parecía el salvaje oeste a otro donde poco a poco nos fuimos dando cuenta de los problemas de fondo que traía este nuevo ecosistema.

Hoy Ashley Madison sigue operando, aunque con una popularidad mucho más reducida, y sigue siendo objeto de críticas por su modelo de negocio, donde por ejemplo cobra por borrar las cuentas de sus usuarios.

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