
Las calles de Valencia contarán a finales de año con dos mil plazas de aparcamiento que los conductores podrán conocer si están disponibles o no para aparcar en tiempo real. El Ayuntamiento de Valencia acaba de aprobar adjudicar a Pavapark, la filial de servicios de movilidad y aparcamientos del grupo constructor Pavasal, el suministro e instalación de 2.000 sensores con los que monitorizará esas plazas situadas en la vía pública.
El contrato incluye los sensores para plazas de aparcamiento distribuidas por toda la ciudad de dos tipos. Por un lado, las reservadas para personas con movilidad reducida. Por el otro, se incluirán estacionamiento para vehículos de carga y descarga. Los sensores permitirán mejorar la gestión del tráfico y la movilidad, ya que además de permitir conocer si están libres a través de las aplicaciones tecnológicas de libre acceso del Ayuntamiento revelarán si las plazas son ocupadas correctamente.
El contrato con Pavapark contempla un plazo de seis meses para su ejecución por un importe de cerca de un millón de euros. La actuación está financiada con fondos europeos Next Generation y ha sido diseñada por el Servicio de Ciudad Inteligente del Ayuntamiento de Valencia, en colaboración con la entidad pública Red.es.
Así son los sensores
Los sensores que instalará la filial de Pavasal son de tipo magnético, que pueden estar enterrados bajo superficie tanto en el centro de la plaza de parking, como en el bordillo o la acera. Disponen de un sistema de calibración automático basado en las rotaciones ejercidas por los vehículos, que permite mantener la fiabilidad de detección a lo largo del tiempo. Los sensores, a través de tarjetas SIM, envían la información a la plataforma tecnológica municipal, para que la traslade a la ciudadanía en los canales de difusión pública.
El objetivo de Valencia es contar con más de 3.500 plazas de aparcamiento sensorizadas tras este contrato, que es la tercera fase para implantar sensores en los espacios públicos de aparcamiento de la ciudad.