Tecnología

EEUU se sorprende ahora por convivir con monopolios

  • Amazon, Google, Meta, Apple y Microsoft asumen el creciente riesgo de las autoridades de competencia

Estados Unidos y Silicon Valley se han convertido en los últimos meses en un territorio especialmente peligroso para las prácticas anticompetitivas. Lo que hasta hace unas décadas se aceptaba con complacencia en el país de la libertad, ahora es objeto de enfrentamiento a cara de perro con los tribunales.

Tanto Google como Amazon ocupan estos días a sus respectivos ejércitos de abogados en contiendas judiciales. El buscador, ante los tribunales federales de Washington, en el considerado el juicio por monopolio más importante de la era Internet, mientras el comercio online se defenderá en las próximas semanas ante la Comisión Federal de Comercio (FTC), reforzada con 17 fiscales. De ambos procesos sólo se esperan sanciones ejemplares, presumiblemente récord. A la vista de la situación, pocas tecnológicas estadounidenses podían esperar que el fuego amigo de la Administración Biden se convertiría en un enemigo más implacable que la propia Comisión Europea.

Sin perjuicio de que, en cualquier momento, pueda saltar alguna nueva demanda en suelo europeo contra los patriarcas de la red, la Comisión mantiene el cerco a las grandes tecnológicas a través de la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA), que entró en vigor este año. Esta norma exige a firmas como Apple, Google, Amazon o Meta comportarse de forma transparente en relación al diseño de sus algoritmos.

En la empresa de Jeff Bezos preparan la defensa ante la denuncia por monopolio durante años mediante los recursos de priorización de unos anunciantes sobre otros. "Amazon explota sus monopolios de forma que compradores y vendedores pagan más por un servicio de peor calidad", indicó esta semana Lina Khan, presidenta de la FT, a través de una demanda interpuesta en un juzgado del Estado de Washington. Al mismo tiempo, el ciber comercio online tendrá que argumentar ante los tribunales que no perjudica a la competencia a través de su sistema de reparto de mercancías y el posicionamiento de los mismos. Es decir, deberá aclarar los motivos por los que los artículos susceptibles de entrega rápida (Prime) aparecen de forma destacada entre las primeras referencias de las búsquedas de los usuarios. La representante de la FTC también acusa a la compañía de Jeff Bezos de minar la competencia, con el incremento caprichoso de los precios y el detrimento generalizado de la innovación en el sector.

La respuesta de Amazon a la FTC inquietó a los consumidores, ya que abre la puerta a potenciales subida de precios en caso de que prospere la demanda: "La resolución de la FTC tendría como resultado menos productos entre los que elegir, precios más elevados, entregas más lentas para los consumidores y menos opciones para las pequeñas empresas y pymes", explicó Amazon a través de una respuesta pública.

Por su parte, Google espera un fin de año convulso con la esperada sentencia de su juicio antimonopolio en los servicios de búsqueda (donde acapara una cuota de mercado superior al 90%) y de subasta de anuncios. Entre otros mecanismos, Google paga más de 10.000 millones de dólares al año a los principales fabricantes de móviles para disfrutar de un presunto trato de favor en los dispositivos y en los principales navegadores.

A su vez, Microsoft ocupa a los abogados por los riesgos judiciales relacionados con su fusión con Activision Blizzard, cuya posición de dominio en el sector de los videojuegos podría afectar al ecosistema.

Calvario de Meta

Meta ya transitó el año pasado por su particular desierto judicial, cuando Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta, superó una farragosa investigación de la Comisión Federal de Comercio (FTC). La fricción entre el dueño de la mayor red social (Facebook) y de la plataforma líder de mensajería instantánea (Whatsapp) tiene su origen en el control abusivo de Meta en el mercado de desarrolladores de aplicaciones inmersivas, con vista a los futuros metaversos de la enseña.

Apple ha salido bien parada de un litigio con la firma de videojuegos Epic Games, propietario del popular Fortnite, sin que se hayan acreditado pruebas de violación de las leyes antimonopolio de Estados Unidos por su control sobre la App Store. Sin embargo, Apple sufre la continua vigilancia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos por su comportamiento ante pequeños desarrolladores de apps y fabricantes de componentes.

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