
La nube es una herramienta muy poderosa, cada vez más utilizada tanto por usuarios comunes como por empresas. Sin embargo, de estas últimas son pocas las que aprovechan todo su potencial. Pese al contexto económico, el gasto europeo en servicios de nube pública alcanzará los 148.000 millones de euros en 2023. La cifra para 2026 será de 258.000 millones, con un crecimiento anual del 22%, según un estudio de IDC.
Resulta fundamental que las empresas comiencen a sacar el máximo provecho posible de esta herramienta. No se trata de entenderla como una manera de ahorrar costes, sino más bien como una inversión de futuro. Son muchas las ventajas que ofrece esta tecnología: almacenaje casi ilimitado, acceso remoto e inmediato a los archivos desde cualquier dispositivo móvil y una mayor seguridad al acceso de documentos. Por si fuera poco, existen diversos planes a la hora de contratar un servicio en la nube, cada uno con sus propias características, por lo que es posible escoger la que mejor se ajuste al negocio.
La nube pública es posiblemente la más conocida por todos. Ofrece sus servicios a cualquier usuario y es una relación entre el proveedor y el cliente. Estos últimos solo pagan por el uso de almacenamiento que utilicen o por el ancho de banda. En contraposición, encontramos la nube privada limitada solo a los usuarios conectados a una red de empresa o en las de un proveedor externo. La nube híbrida es, como su nombre indica, una combinación de ambas.
Su principal ventaja es que se puede almacenar la información más delicada en la nube privada, mientras que la menos relevante puede subirse a la nube pública. Por último, una opción cada vez más escogida por las empresas es la de multicloud, que consiste básicamente en contratar varias nubes entre las que se desplazan los diferentes servicios y en las que se puede trabajar simultáneamente. Su punto a favor es que la información siempre está segura, incluso con interrupción del propio servicio.
¿Por qué usar la nube?
Lo primero de todo y más obvio es que utilizar este servicio puede suponer un importante ahorro económico, ya que no es necesario contar con servidores dedicados, ni sistemas físicos para almacenar la información. Por supuesto, otros gastos relacionados a estos sistemas "reales" como la electricidad consumida, el precio por actualización o la reparación desaparecen. En un mundo en el que prima la inmediatez y la sencillez, la nube se presenta como un aliado perfecto para las empresas. En esta línea, otra ventaja es la gran accesibilidad a los datos desde cualquier lugar y en cualquier momento.
De fondo, se encuentra el trabajo colaborativo. Todos los usuarios pertenecientes a una empresa u organización pueden trabajar en el mismo documento de forma simultánea y a tiempo real. No obstante, el principal beneficio de contar con datos en la nube está relacionada con la seguridad que otorga el servicio. Esta protección puede evitar más de un disgusto frente a desastres naturales como incendios, inundaciones o cortes de electricidad. Además, cada poco tiempo se produce una copia de seguridad con los datos actualizados, por lo que en caso de pérdida de información, los daños son bastante menores.
Cómo sacar todo su potencial
La prioridad es la migración de datos y aplicaciones, porque de esta manera se reducen costes y se mejora la eficiencia. Es buena idea aprovechar la nube para automatizar procesos de negocio y reducir así la probabilidad de cometer errores manuales. En cualquier caso, las soluciones de automatización basadas en la nube son más fáciles de implementar y mantener que las soluciones locales.
Pero no solo es el empresario el beneficiado. Lo son también los clientes. La nube permite mejorar la experiencia del cliente Esta tecnología también ofrece un aprendizaje automático y un análisis profundo de los datos para obtener información valiosa sobre el comportamiento del cliente, lo que mejora la toma de decisiones empresariales. Al final, se proporciona al cliente final una experiencia personalizada basada en sus preferencias y comportamientos.
Por último, y en relación con el punto anterior, la seguridad se convierte en una preocupación menos, algo muy a tener en cuenta, sobre todo, cuando se trabaja con datos e información sensible de clientes. La nube ofrece muchas opciones de seguridad, lo que ayuda a las empresas a alcanzar los requisitos legales y reglamentarios.