
El culebrón sin fin tiene un nuevo capítulo. ¿Definitivo? Es más fácil apostar que no.
Elon Musk dio la sorpresa a todos cuando en vísperas del juicio por su intento de compra de Twitter anunció que finalmente compraría la compañía. Hay muchas lecturas tras ello, pero el nuevo enfoque lo ha dado el propio Musk, que precisamente en la red social ha anunciado que la compra se produce para, a futuro, acortar el desarrollo de una app llamada X.
¿Qué es esto? Musk querría aprovechar Twitter y su base de usuarios e influencia para aglutinar en ellas servicios como pagos, reservas, mensajería y muchas más opciones y formas así una denominada 'SuperApp' a la que llamaría X, precisamente como una de sus primeras startups, que después sería el germen de PayPal.
En China, WeChat, que permite desde chatear a pedir taxis o comida, es un ejemplo de ello. Pero, ¿qué llevó al magnate a ello? Precisamente unas conversaciones que han salido a la luz a raíz del juicio entre Musk y su amigo Jack Dorsey, exCEO y cofundador de Twitter, pueden darnos una idea.
"Jamás debió ser una compañía"
Dorsey parece defender en los mensajes con Musk su visión de Twitter como una especia de plataforma sin ánimo de lucro. "Se necesita una nueva plataforma. No puede ser una empresa. Por eso me fui", le envió Dorsey un mensaje a Musk el 26 de marzo.
"Ok. ¿Cómo debería ser?", respondió Musk.
"Creo que debe ser un protocolo de código abierto, financiado por una especie de fundación que no sea dueña del protocolo, sólo lo haga avanzar", dijo Dorsey, comparando su idea con el modelo adoptado por la aplicación de mensajería encriptada Signal.
Los mensajes también sugieren que Musk entró en el acuerdo sin considerar plenamente que su objetivo para Twitter, convertirlo en un faro de la libertad de expresión, era incompatible con que la empresa fuera un negocio rentable, como Dorsey había sugerido en su intercambio de mensajes de marzo.
"Saldré del consejo de administración de Twitter a mediados de mayo y luego completamente de la empresa. Tengo la intención de hacer este trabajo y arreglar nuestros errores", escribió Dorsey. "Twitter comenzó como un protocolo. Nunca debió ser una empresa. Ese fue el pecado original".
"Me gustaría ayudar si puedo", respondió Musk.
Pero unas semanas más tarde, después de que Musk se asegurara un puesto en el consejo de administración de Twitter, decidió comprar la compañía directamente y llevarla a la esfera privada, pasando por alto la propuesta de Dorsey de que una fundación dirigiera la plataforma.
Así, aunque los motivos originales de Musk parecían priorizar la libertad de expresión, el acuerdo que propuso requería financiación externa, lo que complicaba aún más la idea de liberar a Twitter de sus motivos de lucro.
A finales de marzo, Musk había adquirido una participación del 9% en Twitter, lo que desencadenó una serie de textos entre los ejecutivos de la empresa y el multimillonario empresario.
De vender el discurso de la libertad de expresión a buscar la rentabilidad
Las conversaciones iniciales entre Musk, el consejero delegado de Twitter, Parag Agrawal, y el presidente del consejo de administración, Bret Taylor, fueron amistosas. El 5 de abril, Dorsey envió un mensaje de texto a Musk en el que le decía que "no podía estar más contento" de que Musk se uniera al consejo. "Lo quería desde hace mucho tiempo. Me emocioné mucho cuando supe que finalmente era posible".
"Eres libre de tuitear '¿Se está muriendo Twitter?' o cualquier otra cosa sobre Twitter - pero es mi responsabilidad decirte que no me está ayudando a mejorar Twitter en el contexto actual", envió Agrawal un mensaje a Musk.
"No voy a entrar en la junta. Es una pérdida de tiempo. Haré una oferta para llevar a Twitter a lo privado", le contesta por su parte Musk.
En los mensajes de seguimiento con Taylor, Musk dijo: "Arreglar Twitter charlando con Parag no funcionará. Se necesita una acción drástica. Esto es difícil de hacer como una empresa pública, ya que la purga de usuarios falsos hará que los números se vean terribles, por lo que la reestructuración debe hacerse como una empresa privada".
Los mensajes dan una idea de cómo Musk fue cambiando su opinión y sus planes con respecto a Twitter de forma interna y también hacen pensar si su nueva idea de una SuperApp tiene credibilidad o será otra especulación que cambiará con el tiempo.