
El Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona pagarán cada año a GSMA 24 millones de euros, repartidos a partes iguales, para retener el Mobile World Congress de manera indefinida, según el contrato rubricado este miércoles. El congreso también seguirá siendo evento de excepcional interés público, lo que implica ventajas como incentivos fiscales para los patrocinadores.
La aportación era de 15 millones anuales desde 2012, y a partir de 2025 se actualiza con un incremento del 60% en el marco del contrato para asegurar la celebración del MWC en la capital catalana hasta 2030, y que incluye un "sistema de renovaciones tácitas automáticas" anuales a partir de entonces, si no hay oposición expresa de ninguna de las partes, según el director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga, que ha atribuido la subida de las aportaciones a la inflación, el impacto económico del evento y el interés de otras ciudades del mundo por captarlo.
El documento también incluye el compromiso de ampliación del recinto Gran Via de Fira de Barcelona para 2026 (este otoño empezarán las obras); la renovación de la reserva de 25.000 plazas hoteleras anuales para el evento con precios topados, y la continuidad de la colaboración público-privada para seguridad, transporte, comercio y restauración.
Asimismo, recoge un acuerdo para que el congreso sea neutro en carbono, y para seguir impulsando el proyecto Mschools de educación tecnológica a escolares, y también supondrá una palanca de crecimiento internacional para Fira de Barcelona, ya que se impulsará el SmartCityExpo World Congress donde GSMA celebra acontecimientos del MWC en otros lugares del mundo: Las Vegas, Shanghai y África.
Desde su llegada a Barcelona en 2006, el Mobile World Congress ha tenido un impacto económico positivo de 5.400 millones de euros, y ha creado más de 140.000 empleos temporales, según ha repasado el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman.
Ha añadido que las estimaciones de impacto económico de la edición 2022 eran de 240 millones y 6.700 empleos, pero se han sobrepasado estos cálculos, hasta unas cifras definitivas de 267 millones y 7.100 empleos temporales.
Para la edición de 2023 ha augurado que, si no hay imprevistos por la pandemia u otros factores, confían en que el Mobile World Congress atraiga a Barcelona al menos a 70.000 u 80.000 asistentes. El récord fue en 2019, con 109.000 asistentes, pero Hoffman asegura que, pese a la reducción de congresistas y sus elevados costes fijos, el evento es rentable.
Apoyo institucional
La rúbrica del nuevo contrato se ha presentado en una rueda de prensa con récord de autoridades en la mesa, hasta 12, con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como anfitriona.
Estaban también Mats Granryd, director general de GSMA; Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno de España y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital; Jordi Puigneró, vicepresidente de la Generalitat de Cataluña y consejero de Políticas Digitales y Territorio; Pau Relat, presidente de Fira de Barcelona, y Eduard Torres, presidente de Turisme de Barcelona, entre otros.
Varios de ellos han hablado de "día histórico", y Granryd ha sido el primero en mencionar que Barcelona puede ser la sede del MWC "para siempre", mientras que Relat ha detallado que la elección de Barcelona como sede estable del congreso "empezó a cristalizar al día siguiente de la cancelación de la edición de 2020" por la pandemia.
Hoffman, gran valedor de Barcelona como ubicación del MWC en los buenos y malos momentos, se ha mostrado entusiasmado con la idea de haber conseguido su continuidad indefinida en la capital catalana: "He hecho mi trabajo", ha afirmado en respuesta a elEconomista.es.
Cuarta renovación
La extensión indefinida de la alianza entre Barcelona y el Mobile World Congress supone su cuarta renovación de contrato. El primero se firmó para el periodo 2006-2009, y la primera prórroga llegó hasta 2012.
La segunda renovación abarcó hasta 2018, pero en 2015 ya se modificó por tercera vez para llegar hasta 2023, aunque después se ajustó hasta 2024 por el año perdido por la pandemia, que obligó a cancelar la edición de 2020.
La cuarta y parece que definitiva actualización asegura el evento en la capital catalana hasta 2030, y más allá con renovación anual mientras ninguna de las partes cambie de opinión.