Tecnología

Elon Musk ya no puede insultar a Twitter: la cláusula más extraña del acuerdo de compra

  • El acuerdo está repleto de condiciones para ambas partes
  • Musk ya ha borrado varios mensajes críticos contra Twitter
Img: Reuters

El acuerdo de compra entre la junta directiva de Twitter y Elon Musk está repleto de condiciones, como era de imaginar dada la magnitud de la operación, aunque algunas sean más raras que otras.

Aunque todo el mundo da ya por hecho que Elon Musk es el nuevo propietario de Twitter, en realidad lo que se firmó esta semana es sólo el principio de acuerdo; aunque es poco probable, aún cabe la posibilidad de que no llegue a buen puerto y que todo vuelva a como estaba antes. Precisamente para evitar eso, el acuerdo, publicado en el SEC (Comisión de Bolsa y Valores), está repleto de condiciones que ambas partes deben cumplir, a riesgo de incurrir en una penalización.

Por ejemplo, el acuerdo tiene una cláusula muy común, en el que se especifica que cualquiera de las dos partes aún puede dar marcha atrás; pero si lo hace, tendrá que pagar 1.000 millones de dólares a la otra. De esta manera, Musk se asegura al menos una compensación si Twitter decide a última hora que esto no es lo mejor para la compañía, y de la misma manera, la compañía recibe un ingreso si Musk se arrepiente, o si no consigue la financiación necesaria para realizar la transferencia. Recordemos que Musk ha conseguido convencer a siete de los mayores bancos del mundo para que aporten un porcentaje del importe, pero si una de estas instituciones se echa atrás todo el acuerdo se echaría a perder, lo que repercutiría en una penalización para Musk. Además, viendo las consecuencias que el acuerdo está teniendo para Tesla (que ha perdido 126.000 millones de dólares esta semana), puede que Musk sea el que lo cancele todo.

De la misma manera, Twitter ha sido obligada a parar todas las negociaciones que pudiera tener con terceros, y tiene prohibido buscar otros compradores de manera activa que puedan ofrecer más que Musk. Pese a todo, se ha incluido una excepción: si un nuevo comprador potencial llega con una oferta mejor, Twitter tendrá que avisar a Musk con cuatro días de antelación para que pueda realizar una contraoferta; si lo hace, Twitter estará obligada a aceptarla, y si no, Twitter tendrá que pagar los 1.000 millones a Musk por aceptar otra oferta.

Todo esto es común. Lo que es más curioso es que se hayan incluido cláusulas que parecen especialmente diseñadas para contrarrestar algunas de las prácticas más dudosas de Elon Musk, como su afición por publicar todo lo que piensa en su cuenta de Twitter, sin importar lo polémico o agravante que sea. En concreto, el acuerdo permite a Musk publicar mensajes en su cuenta sobre la operación, pero en ningún caso podrá "desacreditar a la compañía o a cualquiera de sus representantes".

Esta parece ser la razón por la que algunos de los mensajes más polémicos de Elon Musk en Twitter han sido borrados de su cuenta; en concreto, Musk ha borrado mensajes en los que parecía criticar a los empleados de la compañía, preguntando si sería mejor convertir la sede de Twitter en un refugio para los sintecho, "ya que nadie viene". Además, también ha borrado un mensaje en el que afirmaba que Twitter no debería tener publicidad, sosteniéndose sólo en el servicio de suscripción Twitter Blue para los ingresos.

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