
Elon Musk es el hombre más rico del mundo (si bien es cierto que en gran medida por sus acciones), fue elegido Personaje del Año el curso pasado por la revista Time y, ahora además, salvo sorpresa, será el nuevo dueño único de Twitter.
La compañía ha aceptado la oferta del magnate por 44.000 millones de dólares para hacerse con el 100% de la empresa de la red social. De esta forma, Twitter dejará de cotizar en bolsa, quedando bajo un Musk que la usa casi de forma obsesiva y en la que ha prometido promover la libertad de expresión, hacer públicos sus algoritmos o activar nuevas funcionalidades.
Seguramente hace un tiempo sería impensable pensar en algo así, pero ha pasado. Eso sí, antes de que Musk se hiciera tan famoso y polémico, e incluso antes de que pusiera en pie Tesla o SpaceX, tuvo un comienzo como empresario. Esta es la historia que le llevó a ser el hombre más rico del mundo y ahora, también, dueño de Twitter.
Hijo de una familia acomodada pero sin demasiada afinidad con su padre
Musk desde pequeño tuvo una temprana aptitud con los ordenadores, diseñando su propio videojuego a los 12 años. Creció en una familia acomodada con un padre ingeniero que había hecho fortuna en las minas de esmeralda del país. A los 17 años se mudó a Canadá, donde se nacionalizó fácilmente gracias a que su madre, Maye, nació allí, y se quedó viviendo con su primo, con quien empezó a trabajar en la granja familiar. Toda esta intrahistoria inicial del ahora magnate se cuenta en el libro 'Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future', de Ashlee Vance.
En el libro se cuenta que Musk salió de Sudáfrica en parte para eludir el servicio militar obligatorio, que veía como una pérdida de tiempo. Pero aquella decisión hizo que su padre se negara a pagarle la Universidad.
La granja de su primo estaba en un pueblo de apenas 400 habitantes en la provincia de Saskatchewan, en el centro del país. Tras un tiempo, y con afán de hacer dinero, Musk preguntó en la oficina de empleo local qué trabajos eran los mejor pagados, el cual era limpiar la sala de calderas de un aserradero. Y cogió el trabajo.
Musk acabó dejando el trabajo manual y se dedicó a la tecnología. Se graduó en la Universidad de Pensilvania en Economía y Física en mayo de 1997 y luego se planteó asistir a la Universidad de Stanford, en California, para seguir formándose, pero nunca llegó a hacerlo.
La primera empresa de éxito, una iniciativa tecnológica junto con su hermano
Luego, ya en los 90, pasó a Silicon Valley guiado por los cantos de sirena de los programadores que habían conseguido generar fortuna. Con una formación a caballo entre la física de materiales de manera formal y la informática de forma autodidacta, Musk se matriculó en un programa de doctorado en física en Stanford, pero lo abandonó a los dos días.
Musk probó suerte en el salvaje oeste de internet y le salió bien. Junto con su hermano Kimbal, Musk fundó una empresa llamada Zip2 como directorio de empresas en línea, una especie de páginas amarillas con mapas que parecía muy buena idea a mediados de los 90.
Elon y Kimbal reclutaron inversores y contrataron ayuda externa para dirigir la empresa, que llegó a acuerdos con medios como el New York Times. En 1999, vendieron el Zip2 a Compaq, un gigante de la fabricación de ordenadores entonces en declive, por 307 millones de dólares. Musk ganó 22 millones de dólares con la venta del Zip2, y enseguida se gastó un millón de dólares en un supercoche McLaren F1. "No es coherente con el resto de mi comportamiento", dijo a la CNN, que filmó a Musk mientras el coche era entregado en su casa.
Un año después, Musk destrozó el coche: intentaba presumir de su aceleración y acabó estrellándolo. El deportivo de un millón de dólares no estaba asegurado.
Pero para entonces, Musk ya estaba pensando en su siguiente aventura. El día del accidente, Peter Thiel, cofundador de una empresa de pagos llamada Confinity y hoy en día uno de los mayores inversores (y también más polémicos) del mundo tecnológico, iba con él en el McLaren, del que salieron ilesos.
Musk había invertido parte de sus 22 millones de la venta en la creación de otra empresa de banca online llamada X.com. Las dos empresas se fusionaron en marzo de 2000, formando un negocio que acabó convirtiéndose en PayPal.
Musk fue nombrado CEO, pero en septiembre, mientras estaba de vacaciones, la junta directiva lo despidió, sustituyéndolo por Thiel, en parte por un desacuerdo sobre el cambio de servidores de la empresa. "No es una buena idea dejar la oficina cuando hay un montón de cosas importantes en marcha que están causando mucho estrés a la gente", reflexionaría Musk más tarde.
La venta de PayPal, el inicio de su gran fortuna
Sin embargo, Musk seguía teniendo una participación en la empresa. Cuando eBay compró PayPal por 1.500 millones de dólares en 2002, Musk obtuvo una mega-fortuna de 180 millones de dólares por el acuerdo.
Así, con el nuevo dinero en el bolsillo, Musk decidió ir un paso más allá. O varios: en concreto, al espacio. En 2002, fundó SpaceX con la misión casi ridícula de colonizar Marte. Al año siguiente, puso una inversión inicial de más de 6 millones de dólares en Tesla, que entonces no era mucho más que un par de fundadores y una visión de crear coches deportivos eléctricos.
La empresa pretendía aprovechar las nuevas baterías de iones de litio, ligeras y de gran densidad energética, para revolucionar un sector en ciernes. En aquel momento, las células de iones de litio solo se utilizaban en pequeños dispositivos electrónicos, y una de las principales innovaciones de Tesla fue su ampliación, lo que le permitió crear un vehículo eléctrico con una autonomía muy superior a la que habían conseguido los anteriores coches eléctricos.
Tesla y SpaceX casi le llevan a la bancarrota
Ambas empresas tuvieron un comienzo difícil en los primeros años:Musk dice que acabó invirtiendo prácticamente todos los ingresos de la venta de PayPal en la financiación de las empresas. SpaceX tuvo que soportar múltiples lanzamientos fallidos, lo que casi la llevó a la quiebra, mientras que Tesla tuvo problemas cuando sus ingenieros se dieron cuenta de que sus prototipos de baterías podían incendiarse. Más tarde, Tesla estuvo a punto de quebrar durante la crisis de 2008.
Con el tiempo, las inversiones de Musk empezaron a dar sus frutos. En 2008, SpaceX consiguió un acuerdo de 1.600 millones de dólares con la NASA, mientras que Tesla, en 2012, empezó a fabricar su primer coche para el mercado de masas, el Model S. Hoy, Tesla es un gigante que controla cerca de dos tercios del mercado estadounidense de vehículos eléctricos. SpaceX es el líder indiscutible de la exploración espacial privada.
Una vez ya convertido en millonario, Musk también ha invertido su dinero en nuevas empresas. En 2016, Musk fundó The Boring Company, que excava túneles para crear rutas alternativas en ciudades que eviten atascos, y la empresa de neurotecnología Neuralink.
Y de ahí, la historia es conocida. Tesla y SpaceX han seguido creciendo, hasta llegar a la compra de Twitter.