Tecnología

Las ventas de vinilo superan a las del CD por primera vez en 36 años

  • Las ventas de elepés en España alcanzaron el millón y medio de unidades
  • Un pueblo de 1.500 habitantes es el mayor productor de vinilos del mundo
Los vinilos han dejado de considerarse productos de lujo, aunque siguen siendo más baratas las plataformas online. EE
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Paul McCartney convive con Isabel Pantoja en Lednice, una pequeña localidad de apenas 1.500 habitantes situado en la selva de Bohemia, a 25 kilómetros de Praga. Bueno, no nos referimos exactamente al de Liverpool y a la viuda de Paquirri, pero sí a sus discos en vinilo: en ese pueblo-factoría de la República Checa se reeditan los vinilos de los Beatles, los de la sevillana y los de medio planeta. Para el fabricante de placas más grande del mundo, GZ Media, 2021 fue un año récord y ya están buscando expandir su negocio a Estados Unidos para satisfacer las necesidades del mercado.

En 1986, Lionel Richie llegaba al 'número 1' con su Say You, Say Me. Ese año fue el último que el vinilo superó al CD en número de ventas, pero el vinilo está de vuelta y ha revertido una tendencia que se había prolongado durante los últimos 36 años.

En una época donde cada vez se valora más la inmediatez en el resultado y en la satisfacción de nuestros deseos, el coronavirus puso un freno en seco. Estar encerrados en nuestras casas durante un largo periodo de tiempo hizo que buscásemos nuevas aficiones y nos tomásemos la vida con un poco más de calma. La lectura, videojuegos, deporte, cocina... nuevas aficiones y rutinas surgieron durante esta pandemia que todavía no nos abandona. En ese momento, la gente empezó a adoptar también un enfoque más 'clásico' a la hora de escuchar música.

Los tocadiscos y vinilos, que en muchos casos se encontraban en trasteros o cajas, acumulando polvo, fueron desenterrados con la intención de darles una segunda oportunidad. El año 2021, marca el primer año en más de una generación desde que las ventas de discos, es decir, los discos de vinilo, han superado las ventas de CD. Y si bien puede pensar que son los nostálgicos Boomers o Gen X los que están detrás del renacimiento de los discos, de hecho, las encuestas muestran que son los consumidores millennials los que impulsan la tendencia al alza del vinilo.

Solo el año pasado en España, se vendieron un 32% de vinilos más que durante 2020, logrando vender un millón y medio de unidades. De esta forma, ha resucitado un formato que tantas veces se ha dado por muerto desde la aparición del CD o los dispositivos mp3, pero que ya integra el 43% del total de ventas de las tiendas, con unos ingresos en el primer semestre de 2021 de 10,7 millones de euros frente a los 13,4 millones de los CD.

Esta tendencia no es un 'rara avis', ya que en países como Estados Unidos las ventas en siguen una tendencia creciente desde el 2015 y, de hecho, en 2021 alcanzaron ventas por casi 42 millones de unidades. En esta misma línea y según la Industria Fonográfica Británica (BPI), las ventas de LP (del inglés long play) o elepés en 2021 fueron las más altas de los últimos 30 años a pesar de los problemas que ha experimentado el sector a raíz de los problemas de suministros de los últimos tiempos.

Esa obsesión por llevar una vida más tranquila ha provocado un cambio en el imaginario colectivo y sus hábitos de consumo, ha provocado un pequeño bajón, casi imperceptible, para las plataformas de streaming como Spotify (ya que no se dejan de utilizar) pero dan buena muestra de las intenciones de la sociedad de aprovechar sin agobios su tiempo libre. Y es que no hay nada rápido en un disco. Mientras que puede tocar su teléfono y obtener una canción en Amazon Unlimited o Apple Music en cuestión de segundos, con un disco debe sacarlo de la funda, abrir la parte superior del tocadiscos, colocar el disco de vinilo con cuidado y configure el lápiz óptico, luego enciéndalo todo y espere mientras ese cálido crujido precede a esa rara experiencia: la música como actividad, no como telón de fondo. Un auténtico ritual para el melómano.

Crece la industria

Los vinilos se agotan, los tiempos de espera para los sellos que los trabajan son inmensos porque la demanda supera la oferta con creces, y da igual que sean novedades que reediciones. Este crecimiento de las ventas en países de todo el mundo requiere de una industria que pueda saciar la demanda de los melómanos que desean comprar vinilos. Esta recuperación del elepé no ayuda solo a la industria, sino que favorece a la creación de empleos en todos los pasos del proceso productivo y la cadena de distribución hasta llegar al consumidor final.

En nuestro país, hay solo tres fábricas de vinilos: Krakatoa Records (Castellón), Press Play Vinyl (Bilbao) y Mad Vinyl (Algete, Madrid). En las tiendas dedican desde cada vez más espacio, lo cual, unido a la obligada espera del cliente por los plazos de entrega, aumentan la sensación de que estamos ante un objeto de deseo y convierten el productor en tendencia del mercado, a poner en valor el formato por algo mucho más importante que escuchar la música porque una aguja raye el surco. Este producto gourmet, con aire de objeto de culto de coleccionistas, es el nuevo tesoro del melómano,

Las discográficas, muy conscientes del auge vintage del formato, dedican más dinero y marketing a las portadas, a la calidad del producto. Incluso se venden vinilos con el CD de regalo incluido. Lógicamente, también se han relanzado las ventas de tocadiscos de calidad para disfrutar de los vinilos nuevos y los heredados. Actualmente, tanto los tocadiscos como los vinilos son productos más accesibles de lo que los fueron en el pasado; cuando eran considerados artículos de lujo que incluso rayaban en lo frívolo.

Este crecimiento del formato físico, ha provocado que muchos artistas hayan querido apostar por el vinilo tras haber estado olvidado por muchos dentro del panorama. El cambio de gustos del público, no es el único motivo por el que los músicos han querido recuperar este formato, y es que las reproducciones en streaming no generan las ganancias del formato físico. Lo que es normal, ya que un LP puede costar entre 20 y 30 euros, mientras que una suscripción a una plataforma de streaming cuesta lo mismo, con la diferencia de tener al alcance millones de creaciones. Es por ello que, con esta recuperación, los artistas han visto una gran oportunidad de generar mayores beneficios.

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