
El Samsung Galaxy S21 FE es mejor móvil de lo que parece; ha salido demasiado tarde pero, por el precio adecuado, puede ser la mejor opción que tengas.
Samsung sorprendió a propios y a extraños en 2020, cuando lanzó el S20 FE (Fan Edition); un móvil muy parecido al S20, pero mucho más barato gracias a recortes en zonas no tan importantes para el usuario medio, como la construcción en plástico. Por eso, el S21 FE se convirtió inmediatamente en uno de los móviles más esperados… del 2021.
Estamos en el 2022, y es sólo ahora que Samsung ha podido traer el S21 FE a las tiendas, por culpa de la carencia de chips, una crisis global que aún no tiene visos de terminar; originalmente, el lanzamiento de este móvil se esperaba en octubre, pero fue retrasado a enero. Y eso ha hecho que salga en el peor momento posible, después del lanzamiento del Google Pixel 6 y justo a las puertas del lanzamiento de los nuevos Samsung Galaxy S22, la nueva crème de la crème y los móviles más deseados del mercado. ¿Quién querría ahora un S21 FE?
Mejor de lo que creías
Pues la respuesta te puede sorprender, porque es muy posible que este sea un móvil más recomendable que los nuevos S22; todo depende de la disponibilidad y el precio, ya que en lo que respecta al móvil en sí, encontrarás pocas pegas.
Pese a que este S21 FE no ha sido muy bien recibido, la mayoría de los defectos que tiene son circunstanciales y no del propio dispositivo. Por ejemplo, el mencionado lanzamiento, tan cercano al S22, le perjudica enormemente; ¿por qué no esperar un poco y comprar un S22 básico, por ejemplo?
Hay que decir que Samsung tampoco ha ayudado, con algunas decisiones que no encajan muy bien con lo que esperábamos de un "FE". Para empezar, y por raro que parezca, la calidad de fabricación del S21 FE es idéntica a la del S21 normal; eso es porque el S21 básico ya estaba fabricado en plástico, así que ahí no puede haber tantos cambios como los hubo con el S20 (que era de cristal) y el S20 FE.

De hecho, el S21 FE es mejor en algunos aspectos que el S21 normal. La pantalla es más grande, de 6,4 pulgadas frente a las 6,2 pulgadas del S21 original, y la cámara selfie es superior, con un sensor de 32 MP en vez del sensor de 10 MP. El único aspecto técnico en el que el S21 es peor es la cantidad de memoria RAM, que se queda en 6 GB pero que podemos configurar en 8 GB igual que el S21 original.
En otras palabras, el S21 FE es tal vez demasiado parecido a su antecesor, pero creo que eso deja peor parado al S21 y demuestra hasta qué punto aquel no fue un buen móvil para Samsung. No me extraña en absoluto que este S21 FE haya estado a punto de ser cancelado en un par de ocasiones, si lo que dicen los rumores es cierto; no es sólo por la crisis de chips, es evidente que Samsung tenía miedo de dejarse en evidencia a sí misma.
Pero para el consumidor, todo eso que he dicho no podría ser una mejor noticia. Significa que este es un gran móvil, que apunta más alto de lo que debería.
Es un S21, con todo lo que conlleva
Esta no es una "versión barata" del S21. Si hubiera sido lanzado junto con el resto de la gama, nadie se hubiera extrañado. Todos los aspectos del móvil están a la altura, empezando por la genial pantalla Dynamic AMOLED 2X, que era imprescindible en un dispositivo de Samsung.
No sólo la calidad del panel es excepcional, con colores vibrantes y un gran brillo, sino que se suma a la moda de las altas frecuencias de refresco al soportar los 120 Hz para una experiencia mucho más fluida, además de responder muy bien a nuestras acciones. Gracias al soporte de HDR10+, no tendremos ningún problema en ver películas y vídeos con gran calidad. Los altavoces, además, son estéreo y potentes.

Los bordes de la pantalla también se han reducido bastante, aunque siguen siendo obvios si te fijas en ellos, especialmente en el borde inferior; con todo, es probablemente uno de los mejores en este rango de precios. El tamaño de 6,4 pulgadas es tal vez el punto medio más apropiado para la mayoría de los usuarios, ya que ofrece un gran espacio para el contenido multimedia, sin que por ello sea difícil tocar cualquier punto de la pantalla. A la comodidad ayuda mucho que el móvil sea más ligero de lo que podrías esperar si estás acostumbrado a móviles de gama alta; eso es, por supuesto, por el plástico, que es agradable en la mano y no se nos resbalará fácilmente.
El diseño también sigue la línea del resto de la gama Galaxy S21, y dependiendo de tus gustos, eso será bueno o malo. La trasera tiene ese aspecto tan característico, con las cámaras 'empujadas' a la esquina superior. La gran diferencia respecto al S21 normal es que el conjunto de cámaras no destaca respecto al resto de la trasera, ya que usa el mismo plástico mate; pero eso puede que haga más bonito al móvil. Como también lo pueden hacer los nuevos colores, con los que Samsung ha experimentado un poco; el que he podido probar es el oliva, un verde pálido muy original, pero también está disponible en lavanda, además de en los clásicos negro y blanco.

Hablando de las cámaras, aquí tenemos pocas sorpresas, con los mismos sensores que el Galaxy S20 FE, aunque eso no es algo necesariamente malo. El principal es de sólo 12 MP, pero Samsung ya nos tiene acostumbrados a sensores que parecen de baja resolución, pero que consiguen fotos muy buenas; la historia se repite con el Galaxy S21 FE, ya que las fotos que he podido tomar son perfectamente válidas para enseñarlas a tu familia y amigos, pero no son capaces de capturar detalles de manera tan sorprendente como otras alternativas. Destaca el tratamiento de los colores, que los hace más llamativos, especialmente en la pantalla AMOLED, aunque si eso es bueno o malo dependerá de si buscas la máxima fidelidad en una cámara. Lo que sí merece elogios es que el sensor gran angular ha recibido el mismo cariño, y podemos tomar fotos a 0,5x con la misma calidad que con el sensor principal; en muy pocas ocasiones he podido decir eso. El zoom óptico 3x también es muy bueno para capturar pequeños detalles, y la cámara selfie está un paso por delante de lo que estamos acostumbrados.
Este también es un móvil potente, gracias a estar basado en el Snapdragon 888 de Qualcomm. Vale, es el procesador de la pasada generación, y ya ha sido sustituido por el Snadpragon 8 Gen 1 que usarán algunos de los Galaxy S22, pero eso no significa que sea malo. Sigue dando la talla en todas las apps y juegos, aunque para mi sorpresa, el rendimiento en los más exigentes, como Genshin Impact, no ha sido tan bueno como con otros modelos con el mismo procesador. Creo que es por el perfil energético usado, ya que este móvil se calienta menos que otros con el mismo Snapdragon 888. Con todo, sigue siendo un buen rendimiento.
¿Por qué comprar este y no el S22?
Esa es la gran pregunta, ¿verdad? Parece muy difícil justificar el pago de 759 euros por un Galaxy S21 FE, cuando el próximo 25 de febrero estará disponible el Galaxy S22 por 859 euros; una diferencia de 100 euros, sí, pero con un nuevo procesador, con trasera de cristal, y varias mejoras técnicas. No sólo eso, sino que el S21 normal ahora mismo está de oferta en la página de Samsung, por 699 euros.

Ahí es donde está la clave de si realmente te merece la pena esperar o no: el precio. Me sorprendería mucho que el Galaxy S21 FE continuase costando lo mismo durante todo el año, pero cosas más raras hemos visto.
Por 759 euros, es difícil de recomendar, pero por menos, puede cubrir un hueco muy importante en el mercado. La principal alternativa sería el Pixel 6 de Google, por sólo 649 euros, pero los problemas de disponibilidad pueden eliminarlo de la competición. Además, Samsung se ha adelantado a Google en un aspecto muy importante: el soporte. Este S21 FE recibirá actualizaciones de sistema durante cuatro años, asegurándonos de que podremos usar las últimas funciones y estaremos protegidos ante posibles ataques.