
En medio de una nueva ola de calor, algunas compañías eléctricas de los EEUU están tomando medidas para evitar un nuevo apagón como el que asoló a Texas el pasado invierno, incluso llegando a modificar la temperatura de los hogares de manera remota.
Es la sorpresa con la que se encontraron los clientes de varias compañías la semana pasada, cuando se dieron cuenta de que sus termostatos inteligentes habían subido la temperatura hasta los 25 grados, sin que nadie los hubiese tocado y sin importar cómo estuvieran configurados. Los cambios se realizaron entre las dos y las cinco de la tarde, en los momentos más difíciles del día.
Las sospechas de un posible ataque hacker fueron inmediatas; no en vano, los dispositivos del Internet de las Cosas son uno de los primeros objetivos para entrar en la red de un hogar. La confusión dejó paso al enfado, cuando se reveló que fueron las propias compañías eléctricas las que ejecutaron esos cambios.
Lo único que tienen en común es que todas estas eléctricas colaboran en una promoción llamada "Smart Savers Texas", de la compañía EnergyHub. Todos los afectados por este cambio repentino en sus hogares formaban parte de este programa, la mayoría sin saberlo, sólo por tener un termostato inteligente como los de Google Nest.
El contrato incluye un punto en el que se da permiso a EnergyHub para ajustar la temperatura de los clientes participantes durante momentos de gran demanda eléctrica. A cambio, la compañía promete sorteos y loterías.
La difícil situación de la red eléctrica en Texas hace que la posibilidad de reducir el consumo manualmente sea crítica para la gestión, tanto en el estado como en todo el país, afirman desde EnergyHub; aunque al mismo tiempo, aseguran esto sólo debería ocurrir entre dos y ocho veces cada verano.
Ante las críticas, entre las que se encuentran las de padres con recién nacidos, la compañía se escuda en que todos los afectados aceptaron los términos de servicio, lo cual vuelve a poner en evidencia que la inmensa mayoría de personas no lee estos largos textos legales con terminología técnica; aunque también recuerda que pueden salir del programa en cualquier momento.
Este evento también ha avivado uno de los grandes miedos relacionados con la domótica y el Internet de las Cosas: la falta de seguridad y privacidad. La idea de que un directivo pueda decidir cuánto calor hace en casas ajenas, de manera remota, no ha agradado a quienes compraron un termostato inteligente por la comodidad y las posibilidades que ofrece, como la programación y el ajuste remoto.