
Los usuarios de móviles con sistema de reconocimiento facial ya asumen que el desbloqueo del smartphone a través del rostro resulta imposible con la mascarilla puesta. Una vez que el uso de este accesorio será cada vez más frecuente, los técnicos de Apple se han puesto a trabajar para realizar una mejora del software especialmente útil en los tiempos que corren. El objetivo consiste en que el Face ID de los iPhones o iPads sea capaz de detectar este tipo de prendas y ofrecer al instante el sistema de desbloqueo por clave de acceso. Esa novedad forma parte de la actualización de la versión iOS 13.5 e iPadOS 13.5 GM ya disponible en los equipos
Esta nueva funcionalidad de Face ID ha sido eclipsada por la incorporación de la API de notificación de exposición a COVID-19 de la compañía, compatible con Android de Google. De esa forma, el coronavirus ha logrado lo que parecía impensable hace apenas unos meses: que Google y Apple hermanarán sus tecnologías, al menos para evitar la propagación del coronavirus. El anuncio se filtró hace unas semanas y el primer resultado ya está disponible para los gobiernos y autoridades sanitarias que quieran utilizarlo. La ferocidad comercial de ambas compañías no les ha impedido juntar sus equipos para desarrollar y ahora lanzar una herramienta predestinada a evitar infinidad de contagios por la COVID-19. Por lo tanto, ese movimiento también permitirá salvar miles de vidas en los próximos meses. Dada la posición de dominio que entre las dos compañías atesoran en el negocio del móvil, con una cuota conjunta global superior al 98%, resulta complicado que algún usuario pueda escaper del poder de monitorización de esta iniciativa. El poder de la interoperabilidad excepcional entre las dos plataformas resultará eficaz para colaborar en la detección temprana de casos. Para ello, los dos gigantes se han puesto de acuerdo en el diseño de una interfaz de programación de aplicaciones (API) común con el objetivo de alertar en caso de riesgo por cercanía con el virus desde distancias inferiores a 15 o 20 metros. si una persona entra casualmente en contacto con otra que haya dado positivo de COVID-19 se recibirá un aviso en el teléfono que invitará al destinatario a realizar un test y someterse a una cuarentena en el caso de infección. Los problemas de privacidad siempre inherentes a este tipo de soluciones cuentan con el compromiso de las dos compañías de no conculcar las normas sobre protección de datos. Entre otros detalles, la descarga y uso de las aplicaciones es de carácter voluntario y, al gestionarse por medio de Bluetooth, resulta menos invasivo que por geolocalización a través de GPS. Además, los intercambiadores por este tipo de conexión son anónimos y solo se activan cuando dos personas están lo suficientemente cerca una de otro para que exista riesgo de contagios. En el supuesto de que una persona haya dado positivo, su iPhone o iPad lo hace saber a la agenda de contactos alojada en la nube de otros usuarios que también disponen de la misma herrramienta. De esa forma, un usuario puede conocer la proximidad de personas con COVID. Por lo pronto, los estados de Alabama, North Dakota y South Carolina serán los primeros en utilizar esta tecnología.
Por otra parte, la nueva versión del iOS también contiene una opción que permite controlar cómo se destacan automáticamente los mosaicos de vídeo en las llamadas de FaceTime en grupo e incluye correcciones de errores y otras mejoras.