
El 12 de marzo, un grupo de ingenieros, desarrolladores e informáticos decidieron ponerse manos a la obra y ayudar en la crisis del coronavirus empleando sus conocimientos en programación, desarrollo y tecnología 3D para imprimir material sanitario. Todo fue después de varias llamadas de médicos, alarmados por la falta de material que se hacía patente en Italia, sobre todo de respiradores.
Se preveía algo similar en España y personas expertas en tecnología aditiva se pusieron a trabajar de forma voluntaria con la primera intención de crear un respirador 'opensource' (con un código libre y gratuito) para ponerlo a disposición de toda la sanidad española. En menos de dos días, ya eran 5.000 personas las que formaban Coronavirus Makers y hoy son más de 16.000.
"Pronto nos dimos cuenta de que no era efectivo trabajar en una sola línea, que teníamos un potencial muy grande y que podíamos mirar la pandemia desde diferentes ángulos", explica Rosa León Pérez, coordinadora nacional de Coronavirus Makers. En ese momento comenzaron a organizar diferentes grupos de trabajo y de desarrollo de I+D, lo que diversificó la producción y se comenzaron a crear viseras de protección (lo primero que se pudo entregar por ser un elemento muy simple), mascarillas y buzos. Decidieron también no ser solo un grupo de impresión 3D y englobar también al mundo textil para crear mascarillas textiles y batas.
Lo más difícil de llevar a cabo ha sido su idea inicial, el respirador, por ser más complejo. La Consejería de Asturias dio su apoyo al grupo para facilitarles las pruebas que pudieran llevar a su homologación, desde pruebas con pulmón artificial hasta pruebas con animales. Tras realizarlas, están a la espera de la validación por parte de la Agencia Española del Medicamento, por lo que aún no han podido repartir ningún respirador.
Eso no les impidió continuar trabajando con el resto de material y ya han entregado más de 420.000 pantallas protectoras, más de 100.000 mascarillas de textil y más de 20.000 batas y buzos en toda España.
Aun así, han encontrado impedimentos, como en Madrid, ya que la Comunidad les homologó las pantallas protectoras para después negarles esta homologación, aunque continúan intentando que la sanidad madrileña las acepte y están en proceso de una validación nacional. También en Castilla-La Mancha se encontraron con que la Junta no aceptaba las pantallas protectoras, principalmente en Ciudad Real y Toledo, a pesar de la insistencia de los sanitarios en su necesidad de material y en el alto número de contagios que están sufriendo los mismos. Paralelamente, la Comunidad castellano-manchega firmaba con una empresa privada para la compra de 20.000 pantallas protectoras.
Las mascarillas que se hacen con tecnología 3D tampoco son para uso sanitario, pero se hacen con los materiales adecuados y siguen un protocolo que permite que sean útiles para residencias de la tercera edad, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y trabajadores de cara al público.
Coronavirus Makers trabaja a nivel de comunidad autónoma, pero explica Rosa León que "en caso de que lugares con más contagiados (como Madrid o Barcelona) necesiten más apoyo, otras comunidades que tienen un potencial fuerte de fabricación y que no tienen tanta pandemia están ayudando, como Cantabria o Andalucía."
Cuando el temporal pase en España, su intención es continuar fabricando: "Nuestro grupo es internacional y nos gustaría que la ayuda llegara a España lo antes posible, pero al ser todo software libre y gratuito, si la validación en España no llega con la suficiente antelación, llegará para otros países como ser Argentina, Perú, Colombia. Si nosotros con la sanidad que tenemos estamos teniendo este problema, imagínate los problemas que tienen ellos", señala la coordinadora nacional. "Si empresas, instituciones o particulares nos quieren ayudar, bien con su conocimiento, su tiempo o su dinero, que acudan a la web de Coronavirus Makers."