La organización del Game Developers Conference, el encuentro anual de desarrolladores y empresas de la industria del videojuego, ha decidido posponer el evento al verano después de que muchas empresas se retiraran por el brote de coronavirus.
El evento, que se iba a celebrar del 16 al 20 de marzo en San Francisco, ya contaba con las cancelaciones de numerosas empresas claves en el sector como Sony, Microsoft o Electronic Arts, a las que siguieron Facebook, Kojima, Unity y Epics. Algunas de estas entidades aseguraron tras su cancelación que realizarían eventos online para poder presentar pese a todo sus productos y novedades, por lo que quizá no haya mucho que ofrecer en la GDC que se celebrará, previsiblemente, en verano.
Microsoft explicó que se retiraba "sobre todo porque el mundo está experimentando crecientes riesgos para la salud pública asociados con el coronavirus". No obstante, iban a cancelar solo la parte presencial y a acoger la mayor parte de las sesiones de presentación y experiencias que tenía programadas y que ya no van a poder ser.
Unity, por su parte, aseguró que la GDC es siempre su "momento favorito del año", y por eso, han tomado la "difícil decisión" de retirarse de la conferencia. "No queremos que ningún empleado, socio, miembro de la comunidad o desarrollador comprometa su salud y su seguridad innecesariamente".
También Unity, a pesar de retirarse físicamente, tenía la intención de mostrar sus novedades de forma online, aunque de momento no ha dado fechas. Epic, responsable del motor Unreal Engine, ha expresado que lamentan no participar en GDC por la "incertidumbre en torno a los problemas de salud" debido al coronavirus.
Esta decisión por parte de la organización llega después de que aseguraran confiar en la "estricta cuarentena de Estados Unidos en torno al coronavirus y el gran número de medidas" implementadas en el sitio de celebración para que desarrolle con seguridad.
Esta no es la única cita tecnológica que se salda como "víctima" del coronavirus, pues cabe recordar la cancelación del Mobile World Congress de Barcelona como resultado de las cancelaciones de empresas por el miedo al contagio.