El nuevo Galaxy Fold, el primer móvil con pantalla plegable de Samsung, valorado en 2.000 euros, acaba de alcanzar la redonda cifra de un millón de unidades vendidas en todo el mundo. Como ocurre con otros terminales de parecido precio, el cliente potencial se reduce a una minoría, frente al resto de una humanidad resignada a contemplar con distancia y curiosidad este capricho tecnológico, no apto para sus bolsillos. La misma conclusión podría extenderse a cualquier otro producto o servicio 'Premium'. Pese a ello, el móvil ha roto el cuentagotas comercial con un millón de orgullosos propietarios del nuevo buque insignia de Samsung.
Advertidos de lo anterior, el equipo atesora las virtudes y audacias propias de los pioneros: nunca se había visto nada parecido en un teléfono móvil que promete marcar tendencia en el futuro. Por lo pronto, no basta con tener pingües ingresos para adquirir el Fold, sino que habrá que hacerlo en una tienda física, ante un distribuidor oficial de Samsung. El tratamiento comercial y promocional es similar al de una pieza de joyería. Así, el móvil luce siempre en un escaparate dedicado, con un dependiente especialmente formado para destacar sus fortalezas. La experiencia de altísima gama empieza en el punto de venta y se prolonga en su paquetería y accesorios, que incluye una funda de kevlar (el material de los cascos de moto, tan resistente como ligero) y unos auriculares Galaxy Buds, con cancelación de ruido incluidos y carcasa inalámbrica para la recarga.
La gran pantalla desplegada de 7,3 pulgadas atrapa toda la mirada. Es su valor diferencial capaz de permitir dos experiencias imposibles para el resto. Primero, invita a disfrutar de los consumos multimedia y videojuegos en el móvil con un display similar al de una pequeña tableta, además enriquecidos con altavoces Dolby Atmos. Y segundo, el equipo permite realizar multitarea de tres aplicaciones al mismo tiempo, con notable comodidad y eficacia. A lo anterior podría añadirse un tercer elemento distintivo no menos desdeñable: sus poderosas dotes para convertirse en objeto de envidia.
Una vez subsanado los detalles que retrasaron su lanzamiento, ahora se puede abrir y cerrar la pantalla sin miedo alguno, todas las veces que se quiera. El problema entonces consistió en un protector de pantalla que no debía despegarse ya que formaba parte del propio 'display 'y que, sin embargo, algunos periodistas que probaron el 'Fold' decidieron quitarlo. Ahora ya no es posible esa actuación. Tampoco quedan resquicios para que entren partículas de polvo por ningún lado.
La pantalla exterior tiene formato de libro, sin que su pliegue se perciba cuando se observa frontalmente, mientras que el móvil cerrado luce un 'interface' de 4,6 pulgadas. El sistema incluye una herramienta para dar continuidad a una aplicación desde una pantalla a otra, sin interrupciones. La gran pantalla atesora las tecnologías 'Infinity flex' y 'dynamic AMOLED', como las que utilizan los 'Galaxys Note 10' y 'Galaxy S10', que viene a ser una versión superior de la 'Super Amoled', Entre otros detalles, el sistema ajusta la luz y el brillo a los contenidos que exhibe para así optimizar el recurso de batería. También reduce en un 40% la luz azul e incorpora la patente HDR 10+, que viene a ser la máxima calidad de resolución en móviles que existe en el mercado.
El smartphone reúne media docena de cámaras, tres de ellas en la parte trasera (iguales que las del S10 y Note 10), con una óptica principal de 12 megapíxeles con tecnología Dual pixel, para conseguir un enfoque muy rápido, para realizar instantáneas muy nítidas en cualquier momento y sin rastro de barrido de movimiento por su estabilizador. También el sensor Dual Aperture garantiza fotos correctamente iluminadas en función de las condiciones con ayuda de aperturas f:1,5 y f:2,4. Además del gran angular principal se incluye un teleobjetivo, de 12 megapíxeles, con doble aumento óptico y capaz de acercar un objeto hasta 10 veces a través software. La tercera cámara frontal es un ultra gran angular de 16 megapíxeles, que permite capturar 123 grados (el ojo humano es capaz de enfocar 120 grados).
Al margen de las anteriores, cuando el móvil se utiliza cerrado, ofrece una cámara frontal de 10 megapíxeles y otras dos abiertas para los selfies (de 10 y de 8 megapíxeles) para lograr el demandado efecto de desenfoque (bokeh) de los retratos. Completan el prodigio un procesador Exynos de última generación, con 12 gigas de RAM y 512 GB de memoria disco duro y una batería de 4.380 miliamperios de batería, dividida en dos módulos uno la derecha y otro a la izquierda, con carga ultrarrápida, inalámbrica y reversible. En materia de seguridad el equipo dispone de las garantías de la plataforma Knox de Samsung, con desbloqueo por huella digital, cuyo sensor está situado en el lateral, o por reconocimiento facial, a través de cualquiera de las cámaras.