Si por algo ha pasado a la posteridad el tunecino Azzedine Alaïa (Túnez 1940, Francia 2017) es por modelar las figuras femeninas al máximo exponente, potenciando las formas del cuerpo y haciendo de él una escultura en sí mismo.
De padre granjero, Azzedine Alaïa nació en Túnez y se crio junto con sus dos hermanas. Aunque se sacó la carrera de Escultura en la Escuela de Bellas Artes de Túnez, su pasión por la moda se dejaba ver desde que era un niño, cuando sus hermanas le instruían en este sector. Avispado en su tiempo, a finales de la década de los 50 se trasladó a París, ya que sabía que debía estar en el epicentro de la moda si quería llegar lejos.
En la ciudad de la luz, Alaïa trabajó durante largas temporadas como sastre para grandes figuras de la moda como Christian Dior, Guy Laroche, Thierry Mugler y Charles Jourdan, pues ya traía grandes nociones de costura de su país natal. Ya en la década de los sesenta, el tunecino pudo abrir un pequeño atelier en el parisino barrio de Le Marais, donde confeccionaba las prendas de la jet set parisina y mundial durante casi veinte años. En esta temporada, el diseñador, que destacaba por su independencia, calidad y originalidad, vistió a personajes tan populares como Marie-Hélène de Rothschild, Louise de Vilmorin y Greta Garbo, entre muchos otros.

En 1980, un momento en el que el mundo de la moda estaba repleto de diseños imposibles, Alaïa produjo su primera colección prèt-a-porter, compuesta generalmente por prendas de cuero que marcaban y moldeaban a la perfección el cuerpo de la mujer. El diseñador renegaba por completo del ritmo vertiginoso de la industria de la moda y rechazaba las excentricidades que rodeaban al sector. Por este motivo, nunca preparaba sus colecciones ajustándose a los calendarios, sino que lo hacía cuando él creía que era el momento adecuado. Con este particular manual de trabajo, en 1984 fue elegido como Mejor Diseñador del Año y su trabajo ganó el premio a Mejor Colección del Año entregados por el Ministerio de Cultura de Francia.

Entre sus muchos hitos, Alaïa fue también el padre de supermodelos (palabra que inventó él mismo) de la talla de Christy Turlington, Naomi Campbell y Stephanie Seymour. El diseñador, que mostró un ojo excepcional para fichar a estrellas, las acogía en su casa durante largos periodos de tiempo con la condición de que ellas desfilaran con sus colecciones. La británica Campbell fue la que más relación tuvo con el diseñador, ya que fue él mismo quien la descubrió con tan solo 16 años y, hasta el final de sus días, la convirtió en su musa.

En 1917, tras seis años sin participar en los desfiles de la Alta Costura de París, el tunecino reaparece con una propuesta en la que desfiló, como de costumbre, Naomi Campbell. Poco tiempo después, el Alaïa fallece en París a los 77 años a causa de una caída.
Relacionados
- Iconos de la moda: Pierre Cardin, el diseñador que dio las primeras puntadas del prêt-à-porter
- Iconos de la moda: Vivienne Westwood, la reina del punk incluso antes de que el término existiera
- Iconos de la moda: Rei Kawakubo, la diseñadora que popularizó la tendencia anti-moda y reinventó conceptos
- Iconos de la moda: Miuccia Prada, la mujer que reinventó la idea de feminidad