
Cada día tenemos más información y nuevos avances sobre el SARS cOv2, virus que era totalmente desconocido para la comunidad médico-científica y que actualmente se encuentra en continua investigación. Una de las últimas evidencias es que la carencia de vitamina K en nuestro organismo puede estar implicada en los cuadros más graves de la enfermedad.
Así lo confirma un estudio médico holandés, procedente de los pacientes ingresados en el Hospital Canisius Wilhelmina, en la ciudad holandesa de Nijmegen, que notificó los beneficios de la vitamina K después de descubrir un vínculo entre su deficiencia y los peores resultados clínicos de los infectados por el Covid-19.
La investigación se realizó en asociación con el Instituto de Investigación Cardiovascular de Maastricht, uno de los institutos de investigación vascular y cardíaca más grandes de Europa. En el estudio se analizaron los casos de 134 pacientes hospitalizados por coronavirus entre el 12 de marzo y el 11 de abril, junto con un grupo de control de 184 pacientes de la misma edad que no tenían la enfermedad. En este estudio se certificó que los pacientes que han fallecido o que han tenido un diagnóstico más grave tenían deficiencias severas en los niveles de vitamina K, lo que permite afirmar que, sobre todo a nivel preventivo, incorporar en la dieta alimentos ricos en esta vitamina puede ser parte de la solución.
Beneficios de la vitamina K
A medida que se conoce más sobre el SARS-CoV-2 se ha visto como la enfermedad que causa es capaz de generar en algunos pacientes trastornos en la coagulación de órganos tales como pulmones, corazones, riñones, que puede hacer que la enfermedad se complique y evolucione en casos más graves.
En este sentido, la vitamina K se alza como una gran aliada, ya que, más conocida como la vitamina de la coagulación de la sangre, forma parte del grupo de vitaminas liposolubles esenciales para la salud cardiovascular y ósea. Entre sus beneficios, la vitamina K evita la calcificación vascular, es decir, evita que el calcio se acumule en exceso en otras partes del cuerpo como los vasos sanguíneos. Además, ayuda a fijar el calcio en el tejido óseo, regulando el metabolismo de los huesos y reduciendo el riesgo de osteoporosis. Otro de las aportaciones de esta vitamina es que mejora la creación de tejidos y también es una gran aliada para tratar rojeces e irritaciones, revitalizando la piel y aportando luminosidad
Qué cantidad debo tomar
Lo primero que hay que saber sobre esta vitamina es que se divide en dos subgrupos: K1 (o filoquinona) y K2 (o menaquinonas). La primera la encontramos principalmente en algunos aceites vegetales, como el de oliva o el de soja, y en las verduras de hoja verde, aunque su concentración siempre va en función del nivel de clorofila de la planta. Por su parte, la vitamina K2 está presente especialmente en los alimentos de origen animal como los quesos fermentados, el hígado o la cuajada.
La ingesta de este alimento varia en función del género y la edad. Según un estudio desarrollado por la Universidad de Oregón, la cantidad estimada para los hombres es de 90 microgramos, mientras que para las mujeres asciende a los 120 microgramos.
Alimentos con vitamina K
-Verduras de hoja verde (hojas de nabo, hojas de berza, brócoli, edamame, las espinacas, el perejil, lechuga romana, los espárragos, las endivias o el repollo)
-Zumo de zanahoria
-Zumo de granada
-Aceites vegetales (soja, oliva y colza)
-Frutas (kiwi, el arándano azul, el higo o las uvas)
-Lácteos (especialmente, mantequilla, leche y quesos)
-Frutos secos (piñones, los anacardos, las ciruelas secas y los pistachos)
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