El 14 de agosto de 2018, un tramo del llamado Puente Morandi, situado a tan solo 2,5 kilómetros de distancia del puerto de Génova, se vino abajo causando 43 muertos y obligando a 600 personas a abandonar sus viviendas. Diecinueve meses después, el país celebra el levantamiento del tercer y último tramo máximo y la estructura ya alcanza los 750 metros, aproximadamente el 80% del total.
La crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus no ha parado las obras de esta importante infraestructura. Así, la finalización del puente sigue prevista para la primera mitad del año porque es una estructura fundamental para la zona y para Italia. "Es una conexión clave, una infraestructura importantísima en nuestro país que ha creado un verdadero agujero en Génova y en el norte de Italia. Es una herida que debe ser absolutamente curada", subrayó a EFE Nicola Meistro, consejero delegado de PerGenova, la empresa conjunta entre Salini Impregilo -socia de la española Sacyr en el Canal de Panamá- y Fincantieri, responsable de la construcción del puente.
De esta manera, las operaciones de trabajo se realizan a toda velocidad y de conformidad con las precauciones y medidas de seguridad para los trabajadores, que incluyen hasta 600 personas en el sitio de construcción en las horas punta, y más de 1.000 si también se consideran a los contratistas. "En un momento tan difícil para toda Italia", dijo Alberto Maestrini, presidente de Pergenova, "quiero agradecer a todos aquellos que, trabajando incansablemente, han hecho posible este nuevo objetivo en la construcción del puente, dando una vez de nuevo un testimonio concreto de las capacidades de la industria italiana ". "Una operación del más alto valor simbólico, que acerca cada vez más el retorno del nuevo puente a los ciudadanos. El trabajo incansable de las 600 personas involucradas muestra que Génova y toda Italia nunca se han rendido, y que siempre encuentran la fuerza para reaccionar ", dijo Nicola Meistro.
Las cifras del puente
La construcción del nuevo puente, que ha sido diseñado por el arquitecto Renzo Piano, tiene un coste previsto de 202 millones de euros y, una vez finalizado producirá, junto con otras infraestructuras de la región de Liguria, un incremento del producto interior bruto (PIB) del 7,5 % a medio plazo, según los cálculos de las autoridades regionales.
Génova representa el primer puerto de Italia por tráfico de contenedores y el segundo por movimiento de mercancías, pues recibe 54,3 millones de toneladas, es decir, cerca del 11 % de todas las mercancías que transitan por los puertos italianos, por lo que reparar esta fractura es prioritario.
El viaducto tendrá 67.000 metros cúbicos de hormigón, el equivalente a la cantidad usada para construir un edificio y medio similar al Empire State Building de Nueva York, y se utilizarán 24.000 toneladas de acero y carpintería metálica, igual al peso de tres torres Eiffel. Su longitud será de algo más de un kilómetro y estará compuesto por diecinueve vanos, tres de ellos de 100 metros y colocados en la parte central, y dieciséis de 50 metros, apunta por su parte el jefe de obra de Salini Impregilo, Renzo Rossi.
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