
Energy Observer es un antiguo barco de carreras que ha sido reinventado para contribuir para un futuro más limpio porque está propulsado por una mezcla de energías renovables y un sistema de producción de hidrógeno. Esta embarcación comenzó la odisea en 2017, y ahora, tras hacer su última escala el 25 de marzo en las Islas Canarias, pone rumbo al Caribe bajo unas estrictas medidas de seguridad por la pandemia del coronavirus.
La escala en Tenerife fue solo técnica, permitiendo que el barco se refugiara de manera remota. La tripulación no abandonó la embarcación, los suministros se depositaron y aislaron de antemano en el pontón, de acuerdo con los protocolos de contención necesarios.
Además, para la seguridad de los marineros y en cumplimiento de las restricciones sanitarias vigentes, no habrá turnos de tripulación antes de la llegada a las Indias Occidentales. "Habiendo salido de Francia antes de las medidas de contención, la tripulación, afortunadamente en buen estado de salud, se ha adaptado gradualmente a las medidas de contención impuestas por los países visitados", explica la organización.
El balance energético
Los marineros aprovecharon esta escala para llevar a cabo un chequeo general del barco, que ha estado bajo una tensión considerable durante su paso desde Bretaña. En este primer curso durante el cual las condiciones del viento y del mar fueron difíciles, Energy Observer pudo probar las mejoras tecnológicas realizadas a la embarcación en los últimos meses, demostrando que mejoran enormemente su rendimiento.
Además, las alas y las nuevas hélices incluso permitieron que el bote alcanzara 14 nudos en mares pesados. Las reservas de hidrógeno fueron poco utilizadas, con el sol y el viento proporcionando la mayor parte de las necesidades de propulsión y energía.
Cambios del itinerario: adiós a los Juegos Olímpicos de 2020
Además de las medidas de higiene, el principal cambio de esta odisea es que se pospone un año su final. Energy Observer pretendía llegar a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, algo que hará, pero en 2021, tras al decisión tomada por el primer ministro japonés y el Comité Olímpico Internacional.
Así, este año 2020, la expedición se ha reenfocado en el arco caribeño haciendo hincapié en la protección de la biodiversidad. Luego la embarcación tiene previsto viajar hasta California, con escalas que deberían planificarse en San Francisco y Los Ángeles, ciudades que son particularmente activas en los desafíos de la innovación y transición energética
El proyecto
A pesar del contexto actual, el objetivo del barco es hacer palpable un nuevo modelo ecológico, energético y tecnológico, pero también un laboratorio de ideas e innovaciones que ya han atraído la atención de muchos investigadores, ingenieros, empresarios, gerentes y científicos de todas las nacionalidades. "Más allá de los desarrollos técnicos realizados a bordo, sus sistemas inteligentes, descentralizados y digitalizados y su autonomía refuerzan nuestra visión de un mundo que necesita ser reinventado", explica la organización.
Relacionados
- En el interior de la pirámide de Zoser de Egipto, reabierta 14 años después
- Helipuerto, pista de golf o cine: así son los cinco yates de alquiler más caros del mundo
- El superyate de bolsillo Crossover 27 ya tiene comprador y verá la luz en 2022
- Vertipuertos y taxis voladores: así imagina Airbus la ciudad del futuro