
La histeria colectiva derivada de la crisis del coronavirus hace difícil distraer la mente y dejar de pensar en ello. Sin embargo, aún existen posibilidades de huida. España, entre sus diferentes bondades, alberga pueblos con una herencia histórica dignos de conocer, pues, entre sus zigzagueantes callejuelas y sus imponentes puntos de interés, es posible trasladarse a otras épocas sin cerrar los ojos. Además, llegar a muchas de estas villas no es trabajo fácil, por lo que la labor de alejarse del gentío (tan recomendable en estos días) está asegurada.
Cudillero (Asturias)
Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, Cudillero ha sabido mantener su encanto marinero. Una magia que, sumada al colorido de sus casas y a su bonito enclave, lo convierten en uno de los más pintorescos de la costa cantábrica.

Como si de un anfiteatro se tratase, sus casas, situadas en la ladera de la montaña, miran todas hacia el mar. Históricamente, Cudillero era un pueblo marinero, y de ahí los tonos variopintos de sus construcciones, ya que los marineros utilizaban la pintura que les sobraba de sus barcos para ello.

Pasear por el casco antiguo, observar sus diferentes miradores y vivir el ambiente marinero, es otra de las alternativas más interesantes y llamativas de esta villa. No obstante, el visitante no puede marcharse del pueblo sin haber visitado sitios de interés como la Capilla del Humilladero, de estilo gótico del siglo XIII, la capilla de San Pedro, que data de mediados del siglo XVI, el edificio del Ayuntamiento, que se construyo a mediados del siglo XIX, o el Palacio de Selgas.

Setenil de las Bodegas (Cádiz)
Ubicado a 96 Km de Málaga, 116 Km de Sevilla y a 135 Km de Cádiz, este pueblo gaditano se alza como el favorito de los españoles para las escapadas rurales. Setenil pertenece a la Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz, pero se funde con el paisaje de la vecina Ronda y de la ciudad romana de Acinipo, en el vértice de los parques de Grazalema y la Sierra de las Nieves.

Para conocer Setenil hay que combinar la Ruta de las Cuevas y la Ruta de los Reyes Católicos, sin dejar de acercarse al mirador de San Sebastián o El Carmen y apreciar la geografía escalonada.

La Calle Cuevas del Sol es la más conocida de este original pueblo, que, como su propio nombre indica, sus casas se encuentras escavadas en la montaña y reciben luz del sol durante todo el día. Esta característica tan particular también se aprecia en las calles Cuevas de la Sombra, Calle Mina, Calle Herrería, Calle Jabonería, Calle Cabreriza, Calle Triana, Cuevas de San Román y Calle Calcetas. Que, por supuesto, hay que transitar antes de irse.

Besalú (Girona)
A 35 kilómetros de Girona, y a 150 metros de altitud, se alza Besalú, uno de los pueblos medievales mejor conservados de España.

Su núcleo urbano comenzó a tejerse en torno a un castillo construido en el siglo X en lo alto de una colina, del que solo queda la iglesia de Santa María. Pero, si algo hay destacado en esta villa es su puente fortificado -que se ha convertido en un típico de Instagram-, declarado en 1966 conjunto histórico artístico nacional por su valor arquitectónico. No obstante, la judería, el Monasterio de Sant Pere y la iglesia de San Vicen son otros de sus enclaves imprescindibles para conocer.

La belleza y el aire histórico de sus calles han convertido a Besalú en un plató cinematográfico. Y es que, sus calles han servido como escenario para grandes producciones como la serie Juego de Tronos o la película de El Perfume. Además, acogió en mayo de 2019 el rodaje de la tercera temporada de la serie de la HBO Westworld, donde se transformó en un pueblo italiano bajo la dominación nazi en la Segunda Guerra Mundial. Unos hechos que hicieron llegar al pueblo catalán hasta las páginas de Los Ángeles Times, que señalaba en 2017 a Besalú como "el pueblo más interesante del que nunca has oído hablar". Ya que, si no la buscas adrede, esta joya arquitectónica e histórica pasa de largo.

Capileira (Granada)
Esta preciosa villa se encuentra en el Parque Natural de la Alpujarra de Granada, en el vertiente sur de Sierra Nevada. El pueblo está catalogado como Conjunto Histórico-Artístico por su arquitectura tradicional alpujarreña, caracterizada por sus casas blancas de tejados planos dan forma a sus empinadas y zigzagueantes calles. Junto con Bubión y Pampaneira, el municipio de Capileira forma parte del Conjunto Histórico Artístico del Barranco de Poqueira, siendo el pueblo más alto de los tres, con casi 1500 metros sobre el nivel del mar y desde donde se obtienen unas panorámicas impresionantes del Barranco de Poqueira.

Las Eras de Aldeire o el refugio situado a 2.500 metros de altitud son también algunos de los atractivos turísticos de este enclave, además de las excursiones a los picos de Mulhacén y el Veleta.

Su entramado urbano está compuesto por casas, encaladas y encajadas sobre la ladera de la montaña, formando estrechas y sinuosas calles por las que merece la pena pasear. Su edificación más sobresaliente es la Iglesia Parroquial Ntra. Señora de la Cabeza, construida en el Siglo XVI, de estilo mudéjar. Otros lugares de interés son Casa-Museo Pedro Antonio de Alarcón, el Mirador del Perche, las Eras de Aldeire y Lavaderos de Capileira.

Almagro (Ciudad Real)
Este precioso enclave castellanomanchego está dentro de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha. Además, su plaza mayor es también una de las más bonitas de España, con un diseño rectangular formado por dos flancos de soportales con columnas de orden toscano. Bajo uno de estos flancos se encuentra su famoso Corral de Comedias, único que se ha conservado intacto desde el siglo XVII y que está declarado Monumento Nacional desde 1955.

Otro de los puntos de interés de la villa manchega es el Almacén de los Fúcares. Ubicado no muy lejos de la Plaza Mayor, en la Calle del Arzobispo Cañizares, que sobresale por ser un edificio construido por la familia Függer en el siglo XVI para servir de almacén del mercurio extraído en la época de las minas de Almadén.

También hay que conocer el Convento de la Asunción de Calatrava y sus callejuelas, con la piedra, madera y ladrillo como principales elementos constructivos, y por las cuales es posible disfrutar de la arquitectura típica de la zona y de la época.
