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Para qué tipo de inversores es buena idea refugiarse en depósitos aunque den el 0%

  • 2018 dejó a todas las carteras temblando, especialmente las conservadoras
  • Los inversores cautos se plantean dejar su dinero en cuenta...
  • ... o en un depósito que no les pagará nada, durante este año
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El 94% de los fondos españoles cerró con pérdidas en España, el peor dato en, al menos, la última década. Pero más allá de los descensos, el pasado ejercicio contó con una peculiaridad: al contrario de lo que suele ocurrir, castigó duramente al inversor conservador. Las carteras con el perfil más cauto se dejaron, de media, un 4,8%; las moderadas perdieron un 7,8% y las agresivas, un 10%.

Una de las tareas más difíciles que tuvieron que llevar a cabo los gestores fue la de explicar a sus clientes más reticentes al riesgo, a los conservadores, que sus carteras sufrían pérdidas tan llamativas.

Un inversor en bolsa puede afrontar caídas del 10% sin desestabilizarse, pero un conservador es incapaz de asumir una caída del 5%

Los expertos consultados coinciden en que un inversor en bolsa puede afrontar caídas del 10% sin desestabilizarse, pero un conservador es incapaz de asumir una caída del 4 o del 5%. Los mismos profesionales también están de acuerdo en que si a un inversor la preocupación por su cartera "le quita el sueño" -lo expresan, textualmente, en esos términos-, debe plantearse optar por la liquidez.

"En realidad, en 2008 los mercados también cayeron de forma importante, pero en aquel momento la mayor parte de los clientes conservadores tenían depósitos que pagaban muy bien, algo que no ocurre ahora", explica Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España. Por ese motivo, la caída de las bolsas, del 39% en el caso del Ibex, aquel año, en pleno comienzo de la crisis financiera global, la notaron intensamente los inversores en renta variable, pero no así los perfiles defensivos. Sin embargo, en 2018, con una inversión en depósitos a plazo muy inferior en España -ha caído de 432.000 millones hace una década a 195.000 millones a cierre del segundo trimestre, y ha pasado de suponer el 26% del ahorro familiar al 9%-, estos últimos también sufrieron el rejonazo del mercado.

De ahí que aquellos perfiles que no quieren arriesgar empiecen a plantearse si, en un 2019 plagado de incertidumbres en el mercado y con unos retornos que se prevén bajos les merece la pena seguir invertidos o el actual puede ser un buen momento para volver a los depósitos o incluso a las cuentas corrientes.

"A día de hoy, muchos clientes nos dicen que, para las rentabilidades tan bajas que van a obtener, y después de un 2018 muy complicado, prefieren dejar su dinero en cuenta", explica Rosa Duce, para recordar que, al tomar este camino, la inflación les penaliza. "Es más recomendable tenerlo en un depósito que en cuenta", apunta. El problema es que, a día de hoy, estos productos ofrecen rentabilidades próximas al 0%. "La situación de burbuja en el mercado de deuda europeo, con precios excesivamente altos y rentabilidades excesivamente bajas, provoca que la renta fija pierda atractivo y que el inversor que estaba en este activo se traslade hacia su segmento natural, que es el depósito", añade Álex Fusté, economista jefe de Andbank; "Un producto que, por otro lado, no da ninguna rentabilidad pero que, al contrario que la deuda, no cae de precio".

Cada vez más liquidez

Las cifras ya empiezan a reflejar que los inversores refuerzan su posición en liquidez y que seguirán haciéndolo. Por un lado, un 38% neto de gestores sobrepondera la liquidez en sus carteras, según la encuesta global de gestores de Bank of America Merrill Lynch de enero -el dato se refiere a los expertos que la sobreponderan, menos los que la infraponderan-. Se trata del porcentaje más alto en nueve meses y está, además, por encima de la media histórica del sondeo.

Por otro lado, si giramos la mirada hacia el mercado español, los depósitos de empresas y hogares subieron en este país un 1,76% en diciembre de 2018 respecto al mes anterior. La tasa de variación interanual -desde noviembre de 2017, que corrige los efectos estacionales- muestra un alza más llamativa, del 3,6 por ciento en España y del 4,1 por ciento en la eurozona, según se recoge en un reciente análisis de Bankia Estudios. La entrada de dinero en depósitos se agilizó en la segunda mitad del año, y los analistas de la entidad señalan que esta evolución "bien puede explicarse por la volatilidad del rendimiento de los productos financieros asociados a los mercados, como los fondos de inversión, durante la segunda mitad del año".

Precisamente, la inversión en estos productos alternativos, añaden, explica la atonía de los depósitos a lo largo de 2017, un ejercicio en el que estos productos apenas superaron el 1 por ciento de crecimiento interanual. "No debe olvidarse que los ahorradores utilizan los depósitos y los fondos como productos de ahorro o inversión alternativos según el contexto de rentabilidad/riesgo de los mercados", se señala en el análisis de Bankia Estudios.

Desde la misma entidad coinciden en que aquellos perfiles "muy conservadores, con alta aversión al riesgo y a la volatilidad, pueden optar por mantener un nivel de liquidez alto, especialmente cuando el coste de ésta, en términos de rentabilidad alternativa en el mercado, es bajo"; y pronostican que el dato de depósitos seguirá creciendo a lo largo de este año y del próximo.

Rendimientos anémicos

No puede olvidarse que, pese a que el dato ha ido descendiendo a lo largo de la última década, los depósitos y las cuentas corrientes siguen representando cerca del 40% del ahorro de las familias españolas, según los datos de Inverco, la asociación de las gestoras de fondos de y planes de pensiones -en 2010 superaban el 48%, ver gráfico-. El problema con el que se encontrará quien desee regresar a la tranquilidad de un depósito es que actualmente estos productos ofrecen rentabilidades casi nulas. Los depósitos de las 10 entidades con mayor cuota de España ofrecen, de media, un 0,032%. Entre los rendimientos más elevados se encuentra el de Bankinter, de sólo el 0,05 por ciento, y el más reducido es el de CaixaBank, que no paga nada al ahorrador que le preste su dinero.

Este panorama no tiene visos de mejorar por ahora, ya que la expectativa de subida de tipos en el Viejo Continente se ha retrasado de forma notable: el mercado sitúa ya la medida en marzo de 2020, según recoge Bloomberg -cuando hace poco más de medio año se esperaba para el segundo semestre de 2019-. Hasta que no se produzca esa decisión de política monetaria, lo previsible es que la banca no tenga la necesidad de revisar lo que paga por sus depósitos y que estos continúen, por lo tanto, en niveles parecidos a los actuales. España ha pasado, como se ha comentado, de ser uno de los países europeos con los plazos fijos más rentables, con retornos próximos al 5% a cambio de dejar el dinero un año en el banco y sin asumir riesgo, a ofrecer los rendimientos más bajos de la región.

"En momentos de incertidumbre, es lógico que se produzca un desplazamiento de las carteras hacia activos de liquidez, aunque no esperamos que los clientes realicen ese viraje en sus carteras a través de depósitos o cuentas corrientes de manera agresiva", afirma Carlo Llaca, director de desarrollo de negocio y miembro del comité de inversiones de atl Capital.

En su opinión, "en cuanto cambie la situación hacia un período de recuperación más prolongado en los mercados y de estabilidad geopolítica, esa liquidez se irá reinvirtiendo, porque los actuales tipos de interés se encuentran muy bajos y son necesarias alternativas que nos permitan obtener rentabilidad futura". Llaca añade que cada inversor debe estar "en el perfil adecuado respecto a su tolerancia a la variabilidad de los mercados", e insiste en la necesidad de "permanecer invertido, sobre todo tras momentos de fuertes caídas, si su nivel de riesgo se lo permite". La historia demuestra que los períodos de recuperación se producen precisamente después de esas fases bajistas y el mercado tiende a normalizarse si no existen síntomas estructurales que lo impidan. "El hecho de perder días de fuerte revalorización destinando parte de nuestra inversión a liquidez afecta a la rentabilidad final de nuestras inversiones de forma importante", lamenta el experto de atl Capital.

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