La tasa de inflación de Hungría se ha vuelto negativa por sorpresa con carácter interanual en abril y alimenta la especulación de que el banco central del país (MNB) podría ampliar su maratoniano ciclo de flexibilización y forzar el tipo oficial por debajo del suelo del 2,5% que alcanzó el mes pasado.
El aumento del precio de consumo se situó en el -0,1% interanual (0,1% intermensual) y desafía las expectativas del mercado (0,1% interanual) y las nuestras (0,2%). Mientras tanto, la inflación básica (excluyendo el efecto de los ajustes fiscales) permaneció positiva aunque se hundió más hasta llegar al 1,2% interanual en abril, comparado con el objetivo del MNB de un 3,0% y la lectura de marzo del 1,5% interanual.
Hacia delante, las presiones de precios seguirán controladas, lo que refleja unos factores desinflacionarios globales, nuevas rondas de recortes de los precios de los servicios básicos y el reciente fortalecimiento del florín.
Por Jelena Vukotic.
