La pasada semana Argentina publicó su nuevo IPC, el cual arrojó el resultado de una inflación del 3,7% intermensual para el mes de enero. Esta cifra es significativamente superior al promedio de la inflación para enero de los últimos años (durante los cuales es sabido que Argentina ha manipulado sus datos económicos) de cerca del 1% intermensual, pero sigue estando por debajo de las estimaciones del sector privado (de más del 4%). La primera reacción del mercado al nuevo y muy esperado índice inflación ha sido positiva, y nosotros coincidimos con ella en líneas generales. El hecho de que el gobierno esté dispuesto a informar oficialmente del problema de su elevada inflación supone un paso adelante para la normalización de sus relaciones con las instituciones internacionales, como el FMI, lo que facilitará un acuerdo con el Club de París y ayudará a calmar a los inversores internacionales. No obstante, se trata únicamente de un primer paso en el camino de Argentina hacia la respetabilidad económica, para la que se requieren nuevos acontecimientos positivos.
Por Joao Pedro Ribeiro.
