Tras recortar en 25 puntos los tipos en diciembre, no es probable que el banco central sueco (Riksbank) tome más medidas en su próxima reunión (cuyo resultado se anunciará el 13 de febrero). Aunque generar más crecimiento sigue planteando un reto, la inflación sueca y la dinámica del mercado laboral han rendido conforme a las expectativas, sin dar motivos para la flexibilización. Sólo otra sorpresa grave a la baja en el frente de la inflación podría convencer a los más duros de la junta del Riksbank de apartar su preocupación por la deuda familiar (como sucedió en la reunión de diciembre).
Por Christian Odendahl